El Gobierno nacional consiguió esta semana un alivio en el frente de las reservas internacionales. Tras la medida de eliminar temporalmente las retenciones a las exportaciones agropecuarias, las cerealeras aceleraron la liquidación de divisas y el Tesoro salió a comprar fuerte en el mercado.
Según estimaciones privadas, ayer se adquirieron cerca de USD 300 millones y en lo que va de la semana ya se sumaron alrededor de USD 700 millones. Con ese flujo, las reservas del Banco Central, que habían caído a raíz de las intervenciones para sostener el techo de la banda cambiaria, comenzaron a recomponerse. El stock cerró el jueves en USD 39.349 millones, frente a los USD 39.032 millones de la jornada previa.
El dato clave es que las compras se realizan a un precio sensiblemente más bajo que el que debió pagar el Central cuando defendió la cotización en el techo de la banda: USD 1.475 por dólar en promedio. Ahora, el Tesoro se abastece en torno a USD 1.340, lo que implica una mejora de más del 10% en el costo de reposición.
Un flujo extraordinario de dólares
El anuncio de la Agencia de Recaudación y Control Agropecuario (ARCA) confirmó el miércoles que ya se completó el cupo de USD 7.000 millones que podían liquidarse sin pagar retenciones. De ese total, apenas se concretaron USD 2.000 millones, lo que deja un saldo de USD 5.000 millones que deben ingresar al mercado antes del lunes próximo, plazo máximo que marca la normativa.
Esa concentración de oferta garantiza que el Tesoro podrá seguir acumulando reservas durante los próximos días, con la expectativa de que vuelvan a superar la barrera de los USD 40.000 millones.
El desafío hacia las elecciones
Aunque el alivio es evidente, la pregunta del mercado es qué ocurrirá después del 26 de octubre, fecha de las elecciones legislativas. Una vez liquidado este flujo extraordinario, la oferta de dólares volverá a ser reducida y la presión cambiaria podría reaparecer.
Analistas señalan que la caída de más del 10% en el tipo de cambio mayorista genera incentivos para la dolarización de carteras. A esto se suma que la próxima semana se acreditan los sueldos y muchos ahorristas aprovecharán la baja para dolarizarse.
El Tesoro, al intervenir, busca evitar que la divisa caiga demasiado rápido por debajo de los $1.300. Y que luego se produzca un salto brusco que reactive la incertidumbre. El antecedente de lo ocurrido tras las elecciones bonaerenses todavía pesa en el ánimo de los inversores.
Tasas bajas y dudas en los mercados
En paralelo, las tasas en pesos continuaron en retroceso. La caución bursátil a un día cayó al 25% anual. Lo que abarata la cobertura en moneda local y podría acelerar la búsqueda de refugio en dólares. El financiamiento para las pymes, en cambio, se mantiene caro y con restricciones.
Mientras el dólar mayorista seguía bajando, los activos financieros no lograron sostener el envión positivo de jornadas anteriores. Las acciones argentinas en Wall Street cayeron entre 5% y 8% en dólares y los bonos soberanos retrocedieron. Lo que llevó al riesgo país a superar nuevamente los 1.000 puntos básicos.
La señal de apoyo de Estados Unidos sigue siendo interpretada como un factor de respaldo de fondo. No obstante, el mercado quiere ver cómo se implementará en la práctica y cuál será el margen de maniobra del Gobierno después de las elecciones.