Al igual que las drogas y el alcohol, los juegos online pueden convertirse en una adicción incontrolable, a pesar de sus efectos nocivos. Pasar demasiado tiempo frente a la pantalla y jugando puede perjudicar la salud y las relaciones. La adicción a los juegos online también se conoce como trastorno por juegos de internet.
Aunque los videojuegos existen desde hace más de 50 años, los estudios sobre su efecto en el bienestar aún se encuentran en sus primeras etapas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) añadió el trastorno por juegos de internet a su libro de referencia médica, la Clasificación Internacional de Enfermedades, en 2018. La última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR), publicada por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) en 2022, no incluye la adicción a los juegos online. Sin embargo, sí lo incluye como una afección que requiere mayor estudio.
Los estudios han encontrado «cada vez más evidencia de que esto realmente es un problema para algunos niños, adolescentes y adultos«. Así lo afirma el investigador Douglas Gentile, distinguido profesor de psicología de la Universidad Estatal de Iowa.
Aun así, la APA señala que algunos investigadores consideran la adicción a los juegos online como un signo de otro problema subyacente. En tal sentido, resuenan enfermedades tales como la depresión o la ansiedad, en lugar de un trastorno en sí mismo.
Millones de personas juegan videojuegos, pero solo un pequeño porcentaje desarrolla una adicción o trastorno relacionado con los juegos online. Se estima que entre el 1,7 % y el 10 % de la población estadounidense padece esta afección. Si bien puede afectar a adultos, adolescentes y niños, es más común en adultos.
Señales y síntomas
La adicción a los juegos online tiene síntomas que son comunes con muchas otras adicciones. Entre ellas podemos mencionar el pensamiento constante en jugar, todo el tiempo o gran parte del tiempo. Asimismo, el sentirse mal cuando no se puede jugar puede ser un factor clave. Como lo es también el no poder dejar de jugar o jugar menos.
Por otro lado, las consecuencias que esta afección trae consigo no dista demasiado de lo que puede ser una adicción a las sustancias. Así, es común no querer hacer otras cosas que antes se disfrutaban o tener problemas en el trabajo, la escuela o el hogar debido a los juegos.
Los niños con problemas de juegos online pueden empezar a mentir sobre sus hábitos o intentar ocultarlos. Así por ejemplo, pueden acostarse a la hora que les corresponde pero despertarse a la madrugada para jugar el resto de la noche. En tal caso, es fundamental prestar atención a señales clave como la baja en las calificaciones o el rendimiento escolar, el cansancio durante el día o la irritabilidad constante.
