Estados Unidos confirmó la última semana un fuerte respaldo financiero al gobierno de Javier Milei, con un paquete de ayuda destinado a cubrir vencimientos de deuda en 2026. Aunque desde la Casa Rosada insisten en que no hay condicionamientos explícitos, desde Washington esperan señales políticas y geopolíticas concretas.
Qué pide en el plano interno y en el externo
En el plano interno, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, pidió al ministro de Economía argentino, Luis Caputo, trabajar en la gobernabilidad y alcanzar acuerdos en el Congreso de la Nación. El objetivo: garantizar la aprobación de reformas fiscales, laborales y previsionales que den previsibilidad y sustentabilidad al rumbo económico.
En el frente internacional, el pedido se orienta a reducir la influencia de China en la economía argentina. Particularmente en lo referido al swap de monedas entre el Banco Central (BCRA) y el Banco Popular de China, que asciende a unos US$ 18.000 millones. Para Estados Unidos, este instrumento fortalece la expansión del yuan en detrimento del dólar.
Qué dicen desde Estados Unidos
Si bien la administración Milei descarta un condicionamiento directo, fuentes cercanas a las negociaciones reconocen que el gobierno de Donald Trump busca un alineamiento más firme con su estrategia en América Latina, consignó La Nación. El posible desarme del swap chino podría ser parte de esa agenda. Altos funcionarios estadounidenses han criticado el swap con China. En tanto, analistas del mercado sostienen que su finalización podría ser una de las condiciones para sellar el swap con el Tesoro estadounidense.
El rol del FMI
El respaldo de Estados Unidos se suma a la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Su directora gerente, Kristalina Georgieva, celebró el apoyo de Washington. Asimismo, remarcó que la prioridad es que la Argentina mantenga “el rumbo hacia la estabilización macroeconómica” y sostenga buenas políticas de manera irreversible.
Momento delicado
Para el gobierno de Milei, el apoyo de Trump llega en un momento político delicado, tras la derrota electoral en Buenos Aires y en medio de tensiones por la falta de mayorías legislativas. El desafío será cumplir con la exigencia de consensos y consolidar un rumbo económico estable. Con este escenario, la relación con Estados Unidos se convierte en un factor central para el futuro inmediato de la Argentina.
Al mismo tiempo, crece la expectativa sobre cómo se reordenará el vínculo con China y qué impacto tendrá en la estrategia económica y geopolítica del país. La posible revisión del swap y la relación comercial bilateral podrían marcar un punto de inflexión en la política exterior argentina. En este escenario, el Gobierno nacional deberá equilibrar los intereses de sus principales socios para sostener la estabilidad económica y diplomática.