A fines de 2024, Javier Pastore anunció su retiro del fútbol profesional a los 35 años, cuando todavía parecía tener cuerda para seguir jugando. Los constantes problemas físicos, en especial los dolores de cadera que lo acompañaron durante gran parte de su carrera, lo llevaron a tomar una decisión definitiva que conmovió a los hinchas de cada club donde dejó huella.
El Flaco, que vistió las camisetas de Talleres, Huracán, Palermo, Roma, Elche y Qatar SC, alcanzó su mayor reconocimiento en el PSG, donde se transformó en ídolo tras siete temporadas y la conquista de múltiples títulos locales. Con la Selección Argentina, participó en el Mundial de 2010 y en tres Copas América, formando parte de una generación de talentos que marcó época.
Una nueva vida lejos de las canchas
Alejado de la rutina del futbolista, Pastore reconoció que no piensa en ser entrenador. En cambio, su futuro lo imagina desde el costado dirigencial o como mánager. “Estoy viviendo en Madrid desde hace dos años. Por ahora no estoy haciendo nada, estoy haciendo unos cursos de FIFA, de gestión de clubes, viendo en qué mundo me meto en el deporte”, reveló en diálogo con el ex rugbier Agustín Creevy, en un vlog grabado durante el clásico entre Atlético y Real Madrid.
Lejos de la pelota, el ex mediocampista aseguró que no siente nostalgia por el día a día de la profesión: “Jugar al fútbol no lo extraño, lo que sí se extraña es salir a la cancha y ver esto, sentir toda esta sensación. Después jugar y eso no. El día a día se me hizo pesado por los dolores de cadera”, explicó, dejando en claro que las lesiones marcaron el cierre de su carrera.
El legado en el PSG
Pastore llegó al París Saint-Germain en 2011 tras brillar en el Palermo. En el conjunto francés disputó 269 partidos, convirtió 45 goles, dio 61 asistencias y levantó 19 títulos locales: 5 Ligue 1, 5 Copas de la Liga, 4 Copas de Francia y 5 Supercopas de Francia. Su paso por París lo convirtió en uno de los símbolos de la primera gran etapa de dominio del club en el fútbol galo.
A lo largo de esas siete temporadas, se mantuvo como referente dentro y fuera de la cancha, al punto de ser considerado ídolo por la afición del Parque de los Príncipes. Su estilo elegante y su capacidad para asociarse con figuras de talla mundial lo dejaron grabado en la memoria de los hinchas.
Hoy, a casi un año de su retiro, Pastore se reinventa en un rol muy diferente. Con estudios en gestión deportiva avalados por la FIFA, busca aportar su experiencia desde otra perspectiva. Si bien no volverá como jugador, su nombre sigue ligado al fútbol y todo indica que pronto podría ocupar un cargo que lo mantenga en la élite del deporte.