El economista Joaquín Cottani, exfuncionario y excolaborador de Luis Caputo en la gestión de los 90, sostuvo que el eventual financiamiento de Estados Unidos a la Argentina no llegará sin un paquete de condiciones concretas. En una extensa entrevista, advirtió sobre los riesgos de la política cambiaria actual, cuestionó la estrategia oficial de usar reservas para frenar la presión del dólar y planteó la necesidad de un viraje técnico después de las elecciones.
“El Tesoro norteamericano no nos dará dólares sin condiciones a cumplir. Y si esa ayuda sirve para modificar esta política monetaria y cambiaria, bienvenida sea”, afirmó Cottani, en alusión a las gestiones que el Gobierno de Javier Milei mantiene con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el propio Donald Trump.
Críticas al manejo cambiario
Cottani alertó sobre la insistencia del ministro Caputo en afirmar que “venderá hasta el último dólar” para contener al mercado. “Eso es riesgoso y no es responsable decirlo. Se usa como forma de asustar al mercado, pero no hay margen real para concretarlo”, apuntó.
En esa línea, remarcó que el Banco Central no puede seguir interviniendo en los futuros ni subir tasas de interés de manera indefinida porque “la actividad económica y el repago de la deuda se resienten”.
Para el economista, el camino inevitable es “avanzar hacia una política de mayor libertad cambiaria, usando la tasa de interés como instrumento y no los agregados monetarios”.
Competencia de monedas y el modelo peruano
Al referirse a un régimen a futuro, Cottani planteó la necesidad de establecer “competencia de monedas”, con circulación en pesos y dólares a medida que se consolide la confianza. Sin embargo, reconoció que sin reservas suficientes no puede haber un tipo de cambio totalmente flexible.
“Perú dice que su tipo de cambio es flexible y es cierto, pero interviene cuando hay tensión. Ese debería ser el modelo a largo plazo”, explicó.
Milei, el cambio cultural y las ataduras de la dolarización
Cottani destacó que Milei produjo “una revolución cultural en lo fiscal” y logró instalar la importancia del equilibrio presupuestario. Sin embargo, consideró que la promesa de dolarización terminó atando al Gobierno a una política difícil de sostener.
“Fue un error de origen. Se pretendió que la economía se dolarizara sola, con una política monetaria contractiva, pero eso no ocurre sin reservas”, señaló.
También comparó el presente con la convertibilidad de los 90: “Menem y Cavallo arrancaron con una hiperinflación, lo que les dio margen para cortar de cuajo el problema. Hoy la situación es distinta: bajar de inflaciones persistentes lleva más tiempo”.
Expectativas hacia adelante
El economista insistió en que lo central será recomponer la confianza tras las elecciones. “En la urgencia, se pueden tolerar controles, pero lo fundamental es que el Gobierno asegure que no habrá controles de capitales a largo plazo. Solo así podrá bajar el riesgo país y atraer dólares al sistema financiero”, dijo.
Por último, subrayó que la ayuda de Washington debe leerse no solo como un respaldo financiero, sino como una oportunidad política. “El Tesoro no nos dará dólares gratis. Habrá exigencias, y lo importante es que esas exigencias nos obliguen a corregir el rumbo monetario y cambiario”, concluyó.