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ESPECTÁCULO

«Me costó mucho»: Inesperado, Celeste Cid recordó con emoción sus inicios en la actuación

 

Celeste Cid reveló como fue atravesar el lado oscuro de la fama.

 
Celeste Cid
La actriz atravesó momentos de mucho dramatismo.

Celeste Cid entró al mundo del espectáculo pisando fuerte, luego de sumarse como una de las protagonistas de «Chiquititas», la mítica serie infantil que se llevó todos los elogios en los 90. En este sentido, la actriz charló con «Revista Gente» y recordó aquella temprana etapa, donde comenzó a codearse con el mundo de la actuación a primer nivel.

A través de una entrevista con «Revista Gente», Celeste Cid recordó como fue aquella época, cuando se sumó a uno de los éxitos de Cris Morena. En este aspecto, expresó: «Fue mi primer casting y no me lo voy a olvidar más. Había miles de pibes y yo estaba convencida de que no iba a quedar. Era tímida, reservada. Me sorprendió muchísimo cuando me eligieron».

Posteriormente, Celeste Cid aseguró que en su segundo año tuvo que hacer escenas mucho más fuertes para su personaje. Además, manifestó: «El segundo año ya me tocó una trama muy dramática, con escenas fuertes de abuso. Aprendí trabajando, ahí, en un set. Diez horas por día, todos los días. Esa fue mi escuela, mucho más que cualquier taller».

Por otro lado, Celeste Cid admitió que fue difícil manejar ese nivel de fama a tan temprana edad. Puntualmente, declaró: «Lo viví con mucho vértigo. Chiquititas, Verano del 98, Enamorarte, Resistiré. Fue una seguidilla impresionante. Sentía que estaba en una montaña rusa que no paraba nunca. Tenía coaches, hacía cursos, pero la verdadera formación me llegó por el trabajo, en el set, con compañeros enormes que me enseñaban en cada escena. Fue lindo y duro al mismo tiempo».

Finalmente, Celeste Cid confesó que la fama la llevó en un momento a momentos muy oscuros. Por último, agregó: «La fama precoz trae cosas que no siempre son fáciles de manejar. Tuve problemas de adicciones y atravesé momentos muy oscuros. Me costó mucho salir de ahí, pero lo logré. Hoy no reniego de eso, lo veo como parte de mi historia. Como algo que me enseñó y me hizo crecer. Aprendí que pedir ayuda no es debilidad, y que el trabajo puede ser un refugio enorme».