La Cámara Nacional Electoral resolvió que el espacio Fuerza Patria cambie de posición en la Boleta Única de Papel (BUP) de la provincia de Buenos Aires, pasando del cuarto al séptimo lugar. La decisión responde a un planteo del peronismo, que advirtió una posible confusión del electorado por la similitud de colores con el partido Liber.ar, que inicialmente estaba ubicado junto a su casillero.
El reclamo había sido rechazado en primera instancia por la Junta Electoral Nacional de la provincia, que consideró que el blanco identificado con Fuerza Patria y el gris asignado a Liber.ar eran lo suficientemente distinguibles. Sin embargo, los jueces de la Cámara, Alberto Dalla Vía, Daniel Bejas y Santiago Corcuera, entendieron lo contrario. En su fallo remarcaron que «los colores resultan similares» y que debía garantizarse «la genuina expresión del cuerpo electoral como valor supremo para una democracia auténtica».
La resolución, a la que accedió Clarín, sostiene que si bien la ubicación de las listas surge de un sorteo, la Justicia Electoral tiene la obligación de priorizar la claridad por sobre los intereses partidarios. «Debe prevalecer un criterio amplio de interpretación en favor de la claridad en la elección», afirmaron los camaristas. De esta manera, Fuerza Patria se ubicará finalmente en el séptimo lugar, que había sido asignado al Partido Demócrata Progresista. Esa fuerza quedó fuera de la competencia por no haber presentado sus candidatos dentro del plazo previsto.
Cómo funciona la Boleta Única de Papel
La elección del 26 de octubre será la primera vez en la que los bonaerenses voten con la Boleta Única de Papel para diputados nacionales. El sistema, ya aplicado en provincias como Mendoza, Córdoba y Santa Fe, concentra en una sola boleta a todos los partidos, mostrando únicamente los primeros cinco nombres de cada lista y exigiendo al elector marcar un casillero.
El votante encuentra allí las listas completas y debe marcar con una cruz o tilde su opción en un casillero. Entre las ventajas más destacadas se encuentra la reducción de costos de impresión, el fin del «voto cadena» y la mayor seguridad del proceso. También limita la necesidad de fiscales que cuiden las boletas en cada mesa.
Sin embargo, sus críticos sostienen que el sistema puede confundir a los votantes, sobre todo en elecciones grandes con muchos partidos, y que limita la posibilidad de «cortar boleta», mecanismo que se utiliza para elegir candidatos de distintos partidos en diferentes categorías.