La cadena nacional del presidente Javier Milei, emitida para presentar el Presupuesto 2026, abrió un inesperado frente de debate: las cifras de audiencia. Mientras desde el oficialismo —con la diputada Lilia Lemoine al frente— celebraron un supuesto rating superior a los 45 puntos, las consultoras de medición aplicaron un sistema unificado que impide conocer el detalle canal por canal, generando controversia y sospechas.
El mensaje presidencial, grabado y con un tono más moderado que en intervenciones anteriores, incluyó un pedido directo a la ciudadanía: “paciencia, lo peor ya pasó”. La transmisión se dio en medio de un clima político complejo tras la derrota electoral en Buenos Aires y en paralelo a convocatorias en redes sociales a un “apagón general” como forma de protesta.
La polémica se disparó por la metodología de Ibope, que al igual que en cadenas previas, consolidó toda la audiencia televisiva en un único registro global, colocando “0” en cada señal individual durante la emisión. Este sistema, según los críticos, busca “matizar eventuales bajas de audiencia” y evita comparaciones con los programas habituales de cada canal.
Frente a esa ausencia de datos oficiales desagregados, referentes de La Libertad Avanza difundieron sus propias cifras. “La audiencia total, sumando televisión y redes, alcanzó los 45 puntos de rating”, afirmó Lemoine en X. En paralelo, militantes libertarios viralizaron una captura de pantalla —que rápidamente fue calificada como “fake”— donde supuestamente se mostraban mediciones récord durante la transmisión presidencial.
Lo cierto es que, sin datos independientes y verificables, el rating de la cadena nacional se convirtió en un terreno de disputa política. Para el Gobierno, fue un respaldo ciudadano; para la oposición, una estrategia de maquillaje estadístico que oculta un desinterés creciente por los mensajes oficiales.