Realmente sorpresivo fue lo que ocurrió en River en las horas previas al choque contra Atlético Tucumán. La dirigencia y el cuerpo técnico definieron una medida tajante respecto a dos de sus juveniles más prometedores, dejando en claro que las cuestiones contractuales hoy pesan tanto como el rendimiento dentro de la cancha.
El conflicto no surgió de un día para el otro. Desde hace meses, el club intentaba cerrar acuerdos con varios jugadores de la cantera. Sin embargo, las negociaciones con Cristian Leonel Jaime y Ian Subiabre quedaron trabadas y la respuesta de los futbolistas fue negativa, lo que derivó en su marginación inmediata de la convocatoria.
La situación de Jaime, mediocampista ofensivo categoría 2006, fue la que encendió la mecha en las últimas horas. El juvenil de 19 años rechazó la propuesta de un contrato que lo vinculaba hasta 2029. Aunque en un principio las charlas avanzaban con el agente Sebastián López, el cambio de representantes hacia Augusto Paraja y Nico Lucio torció el rumbo de la negociación.
Una postura firme de River
En el caso de Ian Subiabre, la dirigencia ya había dejado claro que no cedería al jugador al Mundial Sub-20 de Chile si no firmaba antes su renovación. “No vamos a negociar la proyección deportiva sin un compromiso contractual”, remarcaron desde el club. La AFA respaldó esta postura y abrió la puerta a buscar un reemplazo en caso de que no haya acuerdo.
El propio Marcelo Gallardo tomó la determinación de no incluir a ninguno de los dos juveniles en la lista para enfrentar a Atlético Tucumán. Así, nombres que estaban en carpeta como posibles titulares quedaron descartados, generando impacto entre los hinchas que esperaban verlos en acción en el Monumental.
El equipo que saldrá a la cancha
Con estas bajas, River definió su formación con Jeremías Ledesma en el arco; Fabricio Bustos, Sebastián Boselli, Ulises Giménez y Milton Casco en defensa; Agustín De la Cuesta, Matías Galarza Fonda, Santiago Lencina y Juan Cruz Meza en el mediocampo; mientras que en ataque estarán Facundo Colidio y Miguel Borja.
El conflicto con los juveniles expone un nuevo frente de batalla para la dirigencia millonaria, que deberá resolver pronto las renovaciones si no quiere seguir perdiendo talento. La firmeza mostrada en estas decisiones abre un interrogante: ¿será este el comienzo de una política más dura con las promesas de la cantera?