La Selección Argentina ya piensa en la defensa del título en el Mundial 2026, pero Lionel Scaloni sorprendió en la última convocatoria al dejar afuera a un delantero que venía pidiendo pista: Santiago Castro. Mientras tanto, el joven atacante de Bologna atraviesa un presente decisivo, con chances de cambiar de liga en el momento menos oportuno.
Con apenas 20 años, Castro se ganó rápidamente un lugar en la Serie A, sumó experiencia en la Champions League y hasta celebró un título local: la Coppa Italia 2024, en la que su equipo venció 1-0 al Milan en la final. Sin embargo, su proyección europea podría cortarse antes de lo previsto.
El interés de Arabia Saudita
Según adelantó el periodista César Luis Merlo, el Al Hilal ya inició conversaciones para ficharlo y espera el visto bueno del jugador. El equipo árabe, dirigido por Simone Inzaghi, finalista de la última Champions con el Inter, lo considera una prioridad para reforzar su delantera. Ahora, la decisión pasa por el Bologna y por el propio delantero argentino.
Si el traspaso se concreta, Castro podría perder visibilidad en la elite del fútbol europeo justo en la etapa previa al Mundial, lo que pondría en riesgo sus aspiraciones de meterse en la lista definitiva de Scaloni.
El deseo de vestir la Albiceleste
A mediados de este año, en Italia surgieron rumores de que Genaro Gattuso, flamante técnico de la Azzurra, planeaba tentarlo con una nacionalización, como ocurrió con Mateo Retegui. Pero el propio Castro despejó cualquier duda con un mensaje categórico:
“Mi sangre, mi corazón y mi vida es Argentina. Agradezco a quienes me propusieron jugar en la Azzurra, pero soy orgullosamente argentino. Se viene el Mundial y quiero hacerlo aún mejor en el Bologna para ser convocado”, afirmó en una entrevista con Corriere di Bologna.
El gran desafío
De momento, Castro seguirá defendiendo la camiseta del Bologna mientras se define su futuro. Entre la tentación de un contrato millonario en Arabia y el sueño intacto de representar a la Argentina en el Mundial, el delantero vive el tramo más delicado de su corta pero ascendente carrera.