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ECONOMÍA

Un banco británico advirtió que el esquema cambiario argentino está bajo presión y alertó por vencimientos de deuda y reservas bajas

 

Barclays sostuvo que el plan oficial para sostener el régimen cambiario pierde viabilidad frente a compromisos financieros por USD 44.000 millones, falta de acceso al mercado y un nivel crítico de reservas.

 
Barclays

El banco de inversión británico Barclays difundió un informe en el que consideró que la estrategia de “muddle-through” —aguantar sin cambios— dejó de ser viable para la Argentina. Según el análisis, el esquema de bandas cambiarias enfrenta tensiones crecientes debido a vencimientos de deuda elevados, reservas limitadas y la ausencia de financiamiento externo.

“La estrategia ahora parece más difícil. Cuando las perspectivas políticas de Javier Milei eran más sólidas, el gobierno aún podía esperar seguir adelante sin acceso al mercado hasta que la inflación se normalizara. Hoy, este camino tiene muy baja probabilidad”, señaló la entidad en un reporte enviado a clientes.

La advertencia se suma a las crecientes dudas de inversores sobre la capacidad del Gobierno de sostener el actual régimen hasta después de las elecciones de octubre, en un contexto de fuerte demanda de divisas y tensiones financieras.

Los números detrás de la presión

El informe detalla que entre ahora y el final del mandato de Milei vencen compromisos por USD 44.000 millones. Si se asume renovación con organismos multilaterales (excepto el FMI), la cifra se reduce a USD 33.000 millones: USD 2.000 millones en 2025, USD 12.000 millones en 2026 y USD 19.000 millones en 2027.

Barclays remarcó que la liquidez cambiaria es muy limitada. Bajo la métrica más estricta, que descuenta los depósitos en dólares de los bancos en el BCRA, las reservas disponibles son de apenas USD 14.000 millones. Incluso incorporando oro y yuanes, el margen es insuficiente para enfrentar escenarios adversos.

El banco proyecta que, aun con compras de divisas, las reservas netas podrían terminar en USD -13.000 millones al final del mandato, un nivel similar al heredado del kirchnerismo en 2023, cuando la economía estaba virtualmente quebrada.

Contexto electoral y riesgos inmediatos

Para Barclays, el Gobierno no planea cambios macroeconómicos antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre, privilegiando la estabilidad cambiaria como condición electoral. Esta decisión, advierte, implicará una caída de reservas en las próximas seis semanas. Y que dejará condiciones iniciales aún más desafiantes para la segunda mitad del mandato.

En este escenario, la entidad considera que Milei tendrá incentivos para implementar un “giro macroeconómico convincente”. Y capaz de restablecer credibilidad y reducir riesgos de crisis cambiaria. “Creemos que un régimen de este tipo sería alcanzable a costos contenidos”, apuntó.

El análisis deja al descubierto las contradicciones de la oposición política, que durante los años de kirchnerismo no cuestionó la emisión, el déficit ni los cepos que terminaron destruyendo el balance del Banco Central. Hoy, esos mismos sectores se muestran como defensores de la estabilidad, mientras exigen soluciones rápidas a una herencia que ellos mismos consolidaron.

El tipo de cambio real, en debate

Barclays también evaluó la necesidad de una depreciación del tipo de cambio real. Según el banco, un nuevo techo hasta 40% por encima de los niveles actuales sería “creíble”, sin necesidad de provocar un salto inflacionario abrupto.

La entidad se apoyó en referencias históricas: en 2010, el tipo de cambio real era 30% más bajo con crecimiento fuerte y menor déficit externo. Mientras que entre 2018 y 2019 fue 20% más débil, en un contexto de pérdida de acceso al mercado.

La clave, según el análisis, es que la disciplina fiscal y la inflación contenida permitirían absorber un ajuste cambiario sin los efectos de pass-through que marcaron otros episodios como 2013, 2015 o 2023.