No hay dudas de que Mario Pergolini es considerado una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo. Y es que además de tener una extensa trayectoria en los medios de comunicación, es uno de los conductores más elegidos por el público argentino.
Considerado uno de los número uno de la televisión argentina, poco se sabe de la intimidad de Mario Pergolini. Sin embargo, en los últimos días sorprendió enormemente al animarse a hablar de un lado oculto de su vida: su lucha con la depresión y la ansiedad. Sincero, el conductor se animó a contar lo que vivió hace unos años.
Fue en su programa de streaming para Vorterix, Dejá que entre el sol, que Mario Pergolini se animó a abrir su corazón. Todo se dio durante una conversación con Roberto Galati, Camila Fortunato, cuando le preguntaron si alguna vez pensó en la muerte. “Pensé en la muerte en una etapa de mi vida, lo cual te angustia mucho”, respondió.
Al revelar que atravesó este tipo de pensamientos, Mario Pergolini sin duda rompió una barrera, y es que a sus 61 años, el conductor nunca antes había hablado de este momento de su vida. Son pocos los hombres de su generación que se animan a mostrarse vulnerables y hablar de sus luchas con la salud mental.
«He pasado por depresión y pánico. Después, cuando lo pude solucionar, lo logré con terapia. Ahora no es algo que ni siquiera me importe. No me importa si sucede mañana. No me frena nada. Es algo que va a pasar, no me importa. Pero creo que lo laburé después mucho tiempo», expresó Mario Pergolini tras haber adquirido las herramientas que le salvaron la vida.
“Es algo que te importa hasta un momento. Un hijo no es siempre igual. No es lo mismo tu hijo a los cinco que a los siete años. No es lo mismo el primero, que el segundo, que el tercero”, afirmó Mario Pergoli, que ahora se encuentra al frente de su propio programa, Otro día perdido, en la pantalla de Canal Trece.
“Ahora viene mi hijo Tomás, que es un hombre de treinta y pico de años. Mi relación con él de padre por supuesto que existe, pero ya no es la misma. Yo ya no le puedo decir: ‘No, Tomy, no hagas eso’. Uno termina diciendo: ‘Bueno, listo, despreocupate, ya no tenés esta labor’”, manifestó de una forma muy sincera Mario Pergolini.
