El secretario de la Policía Militar de Río de Janeiro, Marcelo Menezes, reveló este miércoles que el sangriento operativo desplegado en las favelas Penha y Alemão, que dejó un saldo provisorio de 130 muertos, fue planificado durante dos meses y ejecutado tras más de un año de investigaciones. Según explicó, la acción fue el resultado de un trabajo coordinado entre distintas fuerzas de seguridad para golpear al Comando Vermelho, la organización criminal más poderosa del estado de Río, en Brasil.
Menezes detalló que la operación, llevada a cabo por el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), se diseñó con el objetivo de bloquear las rutas de escape de los narcotraficantes. «El BOPE estableció un muro impenetrable en la zona boscosa que rodea las favelas, un terreno históricamente utilizado por los criminales para huir», explicó en conferencia de prensa. A partir de ese cerco, otros grupos militares avanzaron desde distintos accesos para empujar a los sospechosos hacia áreas despobladas.
«Desplegamos las tropas por todo el terreno. La diferencia, en comparación con las imágenes que mostraban a delincuentes fuertemente armados buscando refugio en la zona boscosa, fue la incursión de agentes del BOPE en la parte más alta de la montaña que separa las dos comunidades», señaló Menezes. «Esa acción creó lo que llamamos el Muro del BOPE: una línea de contención formada por policías que empujaron a los delincuentes hacia la cima de la montaña», añadió el funcionario, al defender la metodología de intervención.
El secretario de la Policía Civil, Felipe Curi, coincidió en calificar la operación como un golpe histórico al Comando Vermelho, fundado en los años setenta en las cárceles de Río de Janeiro. «Se trata del mayor golpe que recibió la organización desde su creación», afirmó. Según el funcionario de Brasil, las fuerzas policiales lograron incautar un arsenal de armas y grandes volúmenes de drogas, además de capturar a varios líderes de la facción criminal. Entre ellos, se destaca la detención de Thiago do Nascimento Mendes, conocido como Belão do Quitungo, considerado uno de los jefes regionales de la organización, y de Nicolas Fernandes Soares, operador financiero de otro líder, Edgar Alves de Andrade.
Críticas a Lula Da Silva
El operativo, denominado “Contención”, involucró a unos 2.500 efectivos y se concentró en la zona norte de Río, donde el Comando Vermelho mantiene su núcleo de operaciones. Sin embargo, el saldo de muertos generó fuertes repercusiones políticas y abrió un debate sobre el uso de la fuerza por parte del Estado.
Curi criticó con dureza la postura del gobierno federal de Luiz Inácio Lula da Silva, que había expresado preocupación por la magnitud de la violencia. “Hoy en día todo el mundo es víctima. El traficante pasó a ser víctima del usuario. Y el policía está siendo tratado como villano, cuando el policía es el héroe”, sostuvo el funcionario ante medios locales, en alusión a las declaraciones de sectores del oficialismo que pidieron una investigación sobre las muertes.
El operativo, descrito por las autoridades como una “acción quirúrgica de alto riesgo”, se produjo luego de un año de tareas de inteligencia destinadas a desarticular la estructura de mando del Comando Vermelho, que controla el tráfico de drogas en varias favelas de Río y mantiene conexiones internacionales. A pesar de las críticas por el alto número de víctimas, las fuerzas de seguridad aseguran que el resultado constituye un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en Brasil.
?URGENTE – Secretário da PM do RJ, Marcelo Menezes, diz que a polícia empurrou os criminosos para a área de mata, preservando a população de bem e evitando um banho de sangue
— SPACE LIBERDADE ? (@NewsLiberdade) October 29, 2025
“Ninguém entrega um fuzil, uma arma de guerra, com um buquê de flores. Ele busca o enfrentamento.” pic.twitter.com/5GGtWl0Xoi
