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DEPORTES

Carlos Delfino: el último símbolo de la Generación Dorada que colgó las zapatillas

 

El escolta y alero fue figura en la conquista de la medalla olímpica en Atenas 2004.

 
Carlos Delfino
Fuente: @julianmozo / Instagram

Una época en el baloncesto argentino ha llegado a su fin oficialmente. Carlos Delfino anunció su retiro del deporte profesional y con él se apaga esa última chispa activa de la inolvidable Generación Dorada, aquel grupo que condujo a la Selección Argentina a lo más alto de la disciplina. Su adiós señala el cierre de una historia que fusionó amor por la camiseta, talento y resiliencia.

Nacido el 29 de agosto de 1982 en Santa Fe, Delfino dio sus primeros pasos en el baloncesto en Unión de Santa Fe y Libertad de Sunchales, donde ya mostraba indicios de un potencial excepcional. Con solo 19 años, se unió al Victoria Libertas Pesaro de Italia y dio el salto a Europa. Desde allí inició una carrera de alcance internacional que lo convertiría en uno de los jugadores argentinos de baloncesto más célebres del siglo XXI.

Carlos Delfino, el primer argentino en ser elegido en la primera ronda del Draft de la NBA

En el draft de 2003, Detroit Pistons lo eligió en la posición número veinticinco. De este modo, la Argentina celebró que Carlos Delfino se convirtiera en el primer jugador del país elegido en la primera ronda, un hecho histórico para el baloncesto nacional.

En el mejor baloncesto del mundo, Delfino jugó en los Toronto Raptors, Milwaukee Bucks, Houston Rockets y Detroit Pistons. Allí, el escolta y alero promedió 8.1 puntos, 3.6 rebotes y 1.7 asistencias por partido, demostrando su capacidad inteligente y versatilidad en los tabloncillos.

Su legado en la Selección Argentina

Su legado no se evalúa solo en cifras. Carlos Delfino fue un soporte esencial del equipo argentino, con el cual logró los mayores éxitos de su trayectoria. El equipo que ganó la medalla de oro olímpica en Atenas 2004, después de vencer a Italia en la final y a Estados Unidos en las semifinales, fue parte del mismo equipo que, con ese logro histórico, transformó para siempre cómo se ve el baloncesto argentino en todo el mundo.

En 2008, en Beijing, volvió a estar entre los tres primeros al obtener el tercer lugar y en 2011 se coronó campeón del Torneo FIBA Américas. Dos décadas más tarde, continuó siendo parte del equipo que ganó la AmeriCup 2022, lo cual evidenció su compromiso y vigencia con la camiseta nacional.