Córdoba vuelve a ocupar el centro del tablero político nacional. Como en 2015 y 2023, cuando el voto cordobés resultó decisivo para los triunfos presidenciales de Mauricio Macri y Javier Milei, el distrito mediterráneo se prepara para jugar un papel determinante en la elección legislativa de este domingo.
La provincia, con más de 3 millones de votantes y alrededor del 8% del padrón nacional, renueva nueve bancas de diputados nacionales y podría definir el equilibrio político que se proyectará hacia 2027. Pero esta vez el protagonismo no solo se explica por su peso electoral, sino también por la presencia de Juan Schiaretti, que busca consolidar su armado de Provincias Unidas y volver a instalarse como figura nacional.
El desafío de Schiaretti y la apuesta por 2027
El exgobernador cordobés, que en 2023 obtuvo 6,7% de los votos en su intento presidencial, aspira a lograr un triunfo en su territorio para mantener viva su proyección hacia las próximas presidenciales. En su entorno lo admiten sin rodeos: “si no gana en Córdoba, se termina el proyecto 2027”.
Schiaretti lidera la lista de Provincias Unidas, un frente que integra junto a varios mandatarios provinciales y que busca posicionarse como alternativa al eje entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Sin embargo, una derrota en su provincia sería un golpe político severo, tanto para él como para el espacio que intenta construir a nivel federal.
Encuestas contradictorias y un escenario imprevisible
La disputa cordobesa se convirtió en un rompecabezas estadístico. Cinco encuestas locales —de las consultoras CB (dos estudios), Circuitos, Delfos y Federico González— muestran resultados dispares y hasta contradictorios. En solo una de ellas Schiaretti aparece al frente, mientras que en el resto figura primero Gonzalo Roca, el candidato libertario.
Incluso entre los encuestadores hay diferencias profundas: algunos le otorgan al exgobernador hasta 15 puntos de ventaja, mientras que otros aseguran que La Libertad Avanza lidera con tendencia irreversible. En el Gobierno nacional creen que Schiaretti llega primero, pero desde el massismo y el entorno libertario afirman lo contrario. La coincidencia es una sola: Córdoba será la provincia más imprevisible del país el próximo domingo.
Natalia de la Sota y un nuevo factor de fragmentación
Otro de los elementos que altera el panorama es la participación de Natalia de la Sota, hija del histórico dirigente peronista José Manuel de la Sota, que compite con el sello del peronismo no K. Apoyada por Sergio Massa, su candidatura amenaza con restarle votos a Schiaretti en sectores tradicionales del justicialismo cordobés.
Según la mayoría de los relevamientos, De la Sota se ubicaría en tercer lugar, con un piso cercano a los dos dígitos, mientras que el candidato de Fuerza Patria, Pablo Carro, quedaría relegado con entre 5 y 7 puntos, sin chances de retener su banca. La dispersión de votos dentro del peronismo cordobés aparece, así, como el principal obstáculo para el exgobernador.
El voto cordobés, clave para el resultado nacional
Más allá de la disputa provincial, Córdoba tendrá un peso decisivo en la suma nacional que definirá la lectura política del resultado del domingo. En total, se renuevan 130 bancas en Diputados, y lo que ocurra en el distrito mediterráneo podría inclinar la balanza entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria.
En ese contexto, se reactivó un debate jurídico y político sobre la forma de computar los resultados a nivel nacional. Fuerza Patria recurrió a la Justicia Electoral y consiguió un fallo para que no se difunda oficialmente una suma nacional entre los frentes. Ya que el sello del peronismo bonaerense no se presenta con ese nombre en todas las provincias.
La disputa por la lectura del domingo
El problema radica en que La Libertad Avanza competirá con su marca en los 24 distritos, mientras que Fuerza Patria solo lo hará en 14, y Provincias Unidas en 6 más otras 10 con alianzas afines. Pese a ello, los analistas coinciden en que, aunque no haya un conteo formal, la lectura política del total de votos será inevitable.
En ese análisis, Córdoba emerge como el distrito bisagra. Su resultado impactará en el equilibrio del Congreso, y también en la configuración del mapa político que marcará el camino hacia 2027. Una victoria de Schiaretti lo consolidaría como referente de un peronismo federal. Mientras que un triunfo libertario ratificaría el avance del mileísmo en las provincias y anticiparía un reordenamiento del poder nacional.