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POLÍTICA

Crisis en el peronismo: tras la derrota electoral, el PJ enfrenta una guerra interna sin precedentes

 

En el cristinismo responsabilizan a Axel Kicillof por la estrategia del desdoblamiento y por no haber logrado retener el voto peronista en la provincia.

 
Cristina Kirchner

El peronismo vive una de sus mayores crisis de las últimas décadas. Tras la dura derrota en las elecciones nacionales, los enfrentamientos internos se profundizan en distintas provincias, especialmente en Buenos Aires, donde las tensiones entre el kirchnerismo y el kicillofismo alcanzaron un punto límite. Según reveló Infobae, la fractura se extiende al control del PJ Bonaerense y amenaza con una reconfiguración total del poder interno.

La caída electoral dejó secuelas profundas. En el cristinismo responsabilizan a Axel Kicillof por la estrategia del desdoblamiento y por no haber logrado retener el voto peronista en la provincia más populosa del país. A su vez, en el entorno del gobernador, en cambio, apuntan directamente contra Cristina Fernández de Kirchner, a quien acusan de haber diseñado una estrategia equivocada y de haber cerrado listas sin consenso.

En medio de ese fuego cruzado, los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro presionan para desplazar a Máximo Kirchner de la presidencia del PJ Bonaerense. Su mandato vence el 18 de diciembre, pero todavía no se convocaron las elecciones internas. Esa indefinición aumenta la tensión y pone en jaque la conducción partidaria.

Mientras tanto, Kicillof evita pronunciarse. Su círculo cercano afirma que el mandatario no tiene intención de involucrarse directamente en la disputa por el partido. Sin embargo, dentro de su espacio crecen las voces que reclaman un gesto de autoridad para ordenar al peronismo bonaerense y marcar el inicio de una nueva etapa política.

Los PJ provinciales, focos de incendio

La crisis no se limita a Buenos Aires. En Salta, Jujuy, Misiones, Tierra del Fuego y La Pampa, los conflictos internos se multiplican y evidencian la falta de conducción nacional. Las intervenciones impulsadas por Cristina Kirchner durante su mandato en el PJ Nacional dejaron heridas abiertas y estructuras partidarias debilitadas.

En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz responsabilizó públicamente a la ex presidenta por el derrumbe del peronismo local, tras obtener apenas el 12,23% de los votos en los últimos comicios. “Por una vez en la vida, hágase cargo de algo”, escribió en sus redes sociales, exigiendo la devolución de los PJ intervenidos.

En Jujuy, la interna entre Leila Chaher y Carolina Moises mantiene paralizado al partido. La intervención encabezada por Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez no logró recomponer la unidad y, por primera vez desde 1983, el PJ jujeño se quedó sin representación en la Cámara de Diputados.

En Misiones, el panorama es igual de crítico. El sello partidario fue intervenido y los dirigentes locales denuncian “autoritarismo” en las decisiones de la conducción nacional. Fuerza Patria, el espacio vinculado al kirchnerismo, apenas alcanzó el 9,42% de los votos, un reflejo del deterioro de su estructura territorial.

Un mapa político en ruinas

El peronismo atraviesa una etapa de descomposición. En Tierra del Fuego, la división entre los sectores de Martín Pérez y Cristina López permitió el avance libertario. A su vez, en La Pampa, las disputas entre Carlos Verna, Sergio Ziliotto y Luciano Di Nápoli anticipan otra batalla de poder rumbo a 2027.

En ese contexto, la reconstrucción del PJ se perfila como una tarea monumental. Sin liderazgo claro, sin unidad territorial y con múltiples frentes de conflicto abiertos, el histórico partido fundado por Juan Domingo Perón enfrenta el desafío más grande de su historia reciente.