El Banco Central de la República Argentina (BCRA) presentó ante inversores internacionales su plan para recomponer reservas a partir de 2026, en el marco de la nueva etapa del programa económico impulsado por el Gobierno de Javier Milei. La estrategia apunta a remonetizar la economía, fortalecer el balance de la entidad y consolidar la estabilidad cambiaria sin recurrir a emisión monetaria.
Durante la exposición, el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, explicó que el objetivo inmediato no es acelerar la compra de divisas, sino mantener la estabilidad nominal y preparar el terreno para un proceso de acumulación ordenado, una vez que el contexto macroeconómico lo permita.
Un esquema prudente y gradual
Ante analistas y fondos de inversión, Werning subrayó que el Banco Central “no tiene apuro” por recomponer sus reservas y que el horizonte para hacerlo se inicia en 2026. En esta transición, las prioridades son contener la inflación, estabilizar el tipo de cambio y reconstruir la demanda de pesos, tres pilares que el Gobierno considera centrales para consolidar el crecimiento.
Según el funcionario, el organismo solo volverá a comprar dólares cuando el tipo de cambio mayorista se ubique cerca del piso de la banda de flotación cambiaria, es decir, en un nivel de equilibrio que permita hacerlo sin generar presiones inflacionarias. De esa forma, la autoridad monetaria evitará intervenciones prematuras y mantendrá un esquema de flotación administrada previsible.
Estabilidad antes que reservas
Werning destacó que la actual estrategia del BCRA prioriza la prudencia monetaria. El organismo logró reducir el stock de pasivos remunerados, sostuvo los pagos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin usar desembolsos extraordinarios y preservó la independencia operativa de su política cambiaria.
«No empleamos dólares del Fondo para intervenir en el mercado; preferimos consolidar los equilibrios internos antes de acumular reservas», habría señalado el vicepresidente, según participantes del encuentro. Esa línea refleja el enfoque del Gobierno: primero la estabilidad, después la acumulación.
Condiciones para retomar las compras
El plan oficial establece que la recomposición de reservas se activará con la recuperación de las exportaciones, la normalización de los flujos de capital y una menor demanda de importaciones energéticas. Con esos factores, el país podría generar superávits externos suficientes para comprar divisas sin presionar sobre los precios.
La autoridad monetaria considera que la remonetización de la economía dependerá de un aumento sostenido en la demanda de pesos, impulsado por la baja de la inflación y la mejora de la actividad productiva. Ese proceso, aseguran, será clave para restaurar la confianza en la moneda local.
Un nuevo marco cambiario
La presentación de Werning coincidió con un contexto de reacomodamiento del mercado de cambios, en el que el dólar mayorista se mantiene dentro del corredor establecido por el BCRA. La entidad interviene solo de manera puntual para evitar desalineamientos y preservar el orden financiero.
La lógica oficial es clara: las compras de dólares no deben convertirse en fuente de emisión. Por eso, las futuras operaciones se financiarán con excedentes genuinos de la balanza de pagos y no con expansión de pesos. El Banco Central busca consolidar así un esquema monetariamente neutro que preserve la estabilidad alcanzada en los últimos meses.
Coordinación con el Tesoro
En paralelo, el Ministerio de Economía trabaja en un programa complementario para que el Tesoro Nacional también pueda recomponer su posición en divisas. Según fuentes oficiales, el objetivo es adquirir dólares en los momentos de mayor disponibilidad fiscal, dentro del rango inferior del corredor cambiario administrado por el BCRA.
Esa estrategia permitirá fortalecer las reservas del Tesoro sin recurrir a endeudamiento externo. Aprovechando la previsión de un mayor ingreso de exportaciones hacia fin de año y la normalización de los pagos del sector privado.
Perspectivas para 2026
En el esquema general, la etapa de acumulación de reservas será un componente central del programa de estabilización. Werning sostuvo que el fortalecimiento del balance del Banco Central es condición indispensable para reforzar la credibilidad de la política monetaria. Y reducir la brecha entre los distintos tipos de cambio.
La coordinación con el Tesoro será decisiva. El Gobierno apunta a sostener la disciplina fiscal y evitar que los excedentes de pesos se transformen en presión sobre el dólar. En ese marco, la presentación del BCRA ante los inversores internacionales buscó transmitir previsibilidad y confianza.
El mensaje final fue concreto: Argentina retomará la compra de reservas cuando el contexto lo permita. Con un tipo de cambio competitivo, precios estables y un superávit externo sostenible.
