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ECONOMÍA

El Gobierno eliminó un requisito clave para importar medicamentos y apunta a bajar precios en las farmacias

 

La Anmat ya no exigirá inspecciones presenciales en laboratorios extranjeros. La medida busca agilizar las importaciones y ampliar la oferta, aunque genera dudas sobre el control sanitario.

 
Gobierno

La escena de funcionarios viajando al exterior para verificar fábricas de medicamentos —como aquella visita de Carla Vizzotti a Rusia durante la pandemia para supervisar la producción de la Sputnik V— parece cosa del pasado. El Gobierno de Javier Milei eliminó la exigencia de que técnicos de la Anmat realicen inspecciones presenciales en los laboratorios extranjeros que exportan productos farmacéuticos a la Argentina.

La resolución apunta a acelerar la importación de medicamentos y ampliar la oferta disponible en el país. Según el Ejecutivo, el cambio permitirá que ingresen productos más competitivos y, en consecuencia, abaratar los precios en las farmacias, en un mercado que sigue mostrando valores elevados pese a la desaceleración inflacionaria.

De la inspección presencial a la confianza regulatoria

La medida deroga un requisito impuesto en 2005, cuando se estableció que la Anmat debía certificar in situ las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) antes de autorizar la importación de un medicamento. Desde ahora, el organismo podrá reconocer certificaciones emitidas por agencias sanitarias internacionales de “confianza”, como las de la OPS o los países miembros del Mercosur y el PIC/S (Pharmaceutical Inspection Co-operation Scheme).

De acuerdo con el nuevo esquema, si un laboratorio extranjero cuenta con una certificación vigente de alguna de esas entidades, no será necesario realizar verificaciones presenciales. La Anmat podrá basarse en los reportes y certificados existentes, y solo ordenará inspecciones “virtuales o presenciales” si considera que existen riesgos sanitarios o dudas sobre la calidad del producto.

El Ministerio de Salud, encabezado por Mario Lugones, señaló que el objetivo es “evitar demoras en las autorizaciones y agilizar los trámites, sin perder autonomía en la toma de decisiones”. Sin embargo, la resolución fue impulsada desde la cartera de Desregulación y Transformación del Estado, liderada por Federico Sturzenegger, el funcionario más identificado con la agenda de flexibilización del Gobierno.

El antecedente griego y el rol de Sturzenegger

El anuncio se enmarca en una serie de reformas desregulatorias que buscan dinamizar sectores sensibles de la economía. Días atrás, Sturzenegger había celebrado una disposición similar destinada a empresas que importan insumos odontológicos, cosméticos y productos de higiene, que ya no requerirán control previo de la Anmat si presentan una declaración jurada de cumplimiento.

El expresidente del Banco Central también fue uno de los impulsores del programa de importación de medicamentos que lleva adelante la provincia de Mendoza, bajo la gestión de Alfredo Cornejo. En ese esquema, el distrito cuyano importa fármacos desde India con descuentos de hasta 80% respecto de los precios locales. El modelo mendocino fue visto como un laboratorio experimental de la política que ahora se extiende a nivel nacional.

Repercusiones y críticas del sector farmacéutico

Aunque el Gobierno evitó referirse a la cuestión de precios o calidad, la decisión ya generó inquietud en la industria farmacéutica argentina. Y que teme perder terreno frente a la competencia internacional. Las cámaras del sector no fueron notificadas oficialmente de la nueva medida y, según trascendió, evalúan su impacto técnico y comercial.

Desde el entorno de los laboratorios advierten que el control sanitario podría debilitarse. Especialmente en un contexto donde la Anmat enfrenta cuestionamientos por su rol en casos recientes. Como el del laboratorio HLB Pharma, implicado en la muerte de más de 120 personas por fentanilo contaminado.

Aun así, en el oficialismo sostienen que el nuevo esquema mantendrá estándares internacionales. “El sistema es confiable porque se basa en agencias regulatorias con las que compartimos criterios técnicos”, aseguran fuentes cercanas a Sturzenegger.

Competencia, precios y desafíos regulatorios

El Gobierno apuesta a que la flexibilización genere mayor competencia y un descenso progresivo de los precios. Especialmente en los medicamentos más consumidos, como los de venta libre o bajo receta frecuente. Sin embargo, analistas del sector advierten que los efectos podrían demorar. Y dependerán del ritmo con que las empresas se adapten al nuevo sistema de certificación.

El desafío será equilibrar desregulación y control sanitario en un área particularmente sensible. Mientras Milei impulsa la lógica de “libertad de mercado”, en la oposición ya anticipan pedidos de informes para conocer en detalle los criterios técnicos. Así como los riesgos asociados a la importación sin inspección presencial.

Por lo pronto, la medida ya marca un punto de inflexión: vuelve a instalar la lógica de los noventa. Y con una regulación más laxa y una mayor confianza en los estándares internacionales. En la Casa Rosada confían en que este giro contribuya a romper el monopolio de precios que domina el mercado farmacéutico argentino.