El Gobierno de Javier Milei analiza un cambio estratégico en su estructura política. Según confiaron fuentes oficiales, la Casa Rosada trabaja en el diseño de una “coalición para el futuro”, un esquema de alianzas con sectores opositores y con gobernadores para garantizar la aprobación de las reformas tributaria y laboral que exige el mercado y que forman parte de la segunda etapa del plan económico.
La iniciativa surge tras las recomendaciones del consultor estadounidense Barry Bennett, cercano al entorno de Donald Trump, quien insistió en la necesidad de ampliar la base de sustentación política del oficialismo para sostener la gobernabilidad.
Santiago Caputo, el operador central
El asesor presidencial Santiago Caputo, hombre de máxima confianza del Presidente, concentra buena parte de las conversaciones con dirigentes opositores y legisladores nacionales. Fuentes de su entorno aseguran que Milei evalúa otorgarle un cargo formal con firma y responsabilidades políticas después de las elecciones legislativas.
En la práctica, el esquema de diálogo con los gobernadores lo mantienen el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Interior, Lisandro Catalán, mientras que el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, coordina los contactos parlamentarios.
El primer paso de esta coalición sería la integración formal del PRO al interbloque oficialista en Diputados. Hoy La Libertad Avanza cuenta con 37 bancas propias, acompañadas por los aliados del bloque Liga del Interior-ELI (6) y CREO (1). La incorporación del PRO permitiría al Ejecutivo reforzar su poder legislativo y garantizar la mayoría necesaria para sostener eventuales vetos presidenciales.
Diálogo entre Caputo y Ritondo
Caputo mantiene un vínculo fluido con el jefe de bloque del PRO, Cristian Ritondo, aunque en el espacio amarillo no hay consenso total sobre avanzar con un interbloque. Un dirigente cercano a Mauricio Macri advirtió que cualquier acuerdo dependerá de la negociación política con el expresidente: «Todo está atado a lo que hable Mauricio con Milei».
Desde el PRO reconocen que hay condiciones que no volverán a aceptar, como la imposición de la marca La Libertad Avanza por encima de las identidades partidarias. La experiencia de las elecciones anteriores, donde el sello libertario absorbió a los aliados en casi todos los distritos, generó resistencias. «Si respetan el amarillo, todo bien. Si no, que se hagan cargo», afirmó una fuente macrista.
Macri pide una nueva mayoría
El propio Mauricio Macri reforzó la idea de avanzar hacia una nueva coalición política. En un mensaje publicado esta semana, planteó que la segunda etapa del Gobierno de Milei requiere construir una nueva mayoría, integrada no solo por libertarios sino también por legisladores de distintos espacios.
La publicación fue bien recibida en la Casa Rosada, donde valoran la predisposición del expresidente para colaborar con la agenda de reformas. El diálogo entre Milei, Francos y Macri se mantiene activo y se espera que continúe tras los comicios de octubre.
Puentes con otros sectores
El asesor Caputo también convocó a una reunión con Bennett, Ritondo y los jefes de bloque Rodrigo de Loredo (UCR) y Miguel Pichetto (Encuentro Federal). Sin embargo, la viabilidad de ampliar la coalición hacia esos espacios es incierta.
«Hay mucha agresión y diferencias internas. Ni el PRO está del todo preparado para meterse», reconoció un diputado aliado al Gobierno que participa de las conversaciones.
Desde el entorno de Martín Menem relativizan la necesidad de formalizar un interbloque, aunque admiten que un acuerdo legislativo permitiría fortalecer la unidad de acción en el Congreso.