Gracias a la colaboración de la oposición dialoguista, el oficialismo logró detener la sesión prevista para el jueves en el Senado donde se tratarían los cambios al proyecto que busca regular el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). La iniciativa recibió media sanción en Diputados y regresó al Senado debido a un pequeño cambio sobre el plazo establecido para que el Congreso se pronuncie sobre los decretos.
La reunión de Labor Parlamentaria que debía celebrarse este martes no prosperó, por lo que se postergó el debate de la modificación a la ley de DNU hasta después de las elecciones nacionales el 26 de octubre. El respaldo de los jefes de bloque que responden a los gobernadores de Provincias Unidas fue crucial para que el Gobierno ganase el tiempo que tanto necesitaba en el Congreso.
La injerencia de Estados Unidos
Previamente, el asesor del presidente de Estados Unidos Donald Trump, Barry Bennet, mantuvo una reunión con algunos de los representantes de la oposición dialoguista. Durante un viaje a la Argentina, Bennet dialogó con los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Valdés (Corrientes), Claudio Vidal (Santa Cruz), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe).
Asimismo, se reunió también con los diputados Cristian Ritondo, del PRO; Miguel Ángel Pichetto, de Encuentro Federal; y Rodrigo de Loredo, de la UCR. Desde el Gobierno los señalaron como miembros importantes de la oposición dialoguista debido a su apoyo en el pasado a las políticas de Javier Milei, a pesar de que esta alianza se viera deteriorada con el tiempo debido al conflicto entre la Nación y las provincias que Pichetto y De Loredo representan.
La visita de Bennett, así como la reciente reactivación del diálogo con los actores dialoguistas de la política se deben a la recomendación del gobierno norteamericano de «construir mayor gobernabilidad» a través del diálogo, especialmente de cara a la segunda etapa del gobierno libertario.