Aunque pasaron tres años desde su partida, Julián Álvarez sigue dejando huella en River. Esta vez, quien lo recordó fue Sandra Rossi, la reconocida neuróloga del club, que trabajó junto a él en sus años formativos y reveló cuál fue el verdadero motor detrás de su ascenso meteórico.
En una entrevista con Infobae, la especialista explicó que el talento del delantero era evidente, pero no fue lo que lo llevó a lo más alto. Según sus palabras, lo que distinguía al cordobés era su mentalidad y su obsesión por superarse. “Juli fue uno de los deportistas que más me impresionó en cuanto a la ambición de ser mejor. En mi laboratorio tenemos un ranking de los top 5… y él estaba primero en todo”, aseguró Rossi.
La obsesión que lo hizo diferente
Para la neuróloga, la clave del éxito de Álvarez no está solo en su capacidad técnica, sino en su enfoque mental. “No te explico si pasaba a estar segundo porque otro lo había superado. Hasta que no volvía a ser el número uno, no se iba del laboratorio”, relató, destacando el espíritu competitivo que lo caracterizaba incluso en los entrenamientos más simples.
El perfeccionismo de Julián trascendió las fronteras. Rossi contó que, incluso ya instalado en Manchester, el jugador se mantenía en contacto con el laboratorio del club: “A veces me llama y me pregunta: ‘¿Sigo primero en el ranking?’ Este es capaz de venir a Buenos Aires solo para poner todo en orden”, confesó entre risas.
El presente de la Araña en Europa
Hoy, Julián Álvarez vive un gran momento en el Atlético de Madrid, donde su instinto goleador se mantiene intacto. Desde su llegada, disputó 68 partidos, marcó 36 goles y brindó 11 asistencias, consolidándose como una pieza clave en el esquema ofensivo del equipo.
En la temporada actual, suma 11 encuentros oficiales, con 7 goles y 3 asistencias entre LaLiga y la Champions League, números que reflejan que su hambre de competencia sigue tan vigente como en sus días en el Monumental.
