El futuro de River empieza a tomar forma y Marcelo Gallardo ya piensa en un equipo distinto para 2026. Luego de una temporada irregular, el entrenador busca renovar el plantel con la mira puesta en volver a ser protagonista en la Copa Libertadores, aunque una de sus decisiones más recientes podría alterar los planes.
Mientras se preparan varios cambios para fin de año, el Muñeco dejó abierta la posibilidad de mantener a un jugador que parecía tener las horas contadas. En medio del recambio, la sorpresa llegó con Nacho Fernández, quien podría continuar en el club pese a que su contrato vence en diciembre.
La pista que encendió las especulaciones
Durante la semifinal de Copa Argentina ante Independiente Rivadavia, Fernández volvió a ocupar un lugar de privilegio en el once titular. Pero lo que más llamó la atención fue la exclusión de Santiago Lencina del banco de suplentes. Esa decisión táctica fue leída por muchos como una señal clara: Gallardo sigue confiando en Nacho y lo ve parte del nuevo River.
El técnico quiere un plantel competitivo, con jóvenes que se mezclen con futbolistas experimentados. En ese esquema, Nacho representa algo más que fútbol: liderazgo, jerarquía y experiencia internacional. Su presencia podría ser clave en el proceso de reconstrucción que ya comenzó.
El recambio que viene
River atraviesa una etapa de cambios profundos. A fin de año terminan los contratos de Enzo Pérez, Milton Casco, Gonzalo Martínez, Federico Gattoni y el propio Fernández. En la lista también aparece Giuliano Galoppo, cuyo préstamo expira en diciembre, aunque la dirigencia planea comprar su pase al San Pablo.
Otro caso que podría modificar los planes es el de Miguel Borja. El delantero obtuvo la ciudadanía argentina, ya no ocupa cupo de extranjero y podría continuar sin trabas administrativas. Con esa ventaja, Gallardo evaluará su permanencia como parte de la delantera 2026.
El cuerpo técnico ya trabaja con la dirigencia en el nuevo proyecto. En un River que cambiará muchos nombres, la posibilidad de que Nacho Fernández siga aparece como un gesto inesperado en medio de la reconstrucción. Un guiño del entrenador que demuestra que, aun en los recambios, la experiencia sigue siendo vital.
