Cuatro años atrás, la explosión mediática del “Wandagate” desató un escándalo que todavía resuena. Una frase en Instagram fue el disparador de lo que se transformó en una novela pública entre Wanda Nara, Mauro Icardi y La China Suárez. Lo que comenzó como un mensaje de furia se convirtió en una disputa mediática y judicial de largo aliento.
El famoso post de Wanda Nara: “¡Otra familia más que te cargaste por zorra!” marcó un antes y un después en las redes sociales argentinas. La publicación apuntó directamente a La China Suárez y desató una tormenta de repercusiones. De inmediato, comenzaron los rumores, las acusaciones cruzadas y las justificaciones públicas.
Tras aquel episodio, Wanda Nara abandonó París con sus hijos y buscó refugio lejos del foco mediático, mientras Mauro Icardi intentaba recomponer el vínculo con declaraciones públicas. Luego vinieron reconciliaciones efímeras, rupturas abruptas, interrupciones en la convivencia y mensajes incendiarios que alimentaron el conflicto.
Por su parte, La China Suárez respondió con comunicados, asegurando que ella solo actuó creyendo en promesas de separación que se le habían transmitido. Rechazó los ataques contra su imagen y defendió su versión frente a lo que interpretaba como una guerra de reputación. El triángulo amoroso pasó a tener costado judicial, mediático y simbólico.
Con el paso del tiempo, la batalla escaló: denuncias por violencia económica, cortes de servicios, filtraciones de chats íntimos y enfrentamientos legales en distintos países. Y es que Wanda Nara exigió la manutención y buscó custodia exclusiva; mientras que el futbolista buscó retrasar el divorcio en jurisdicciones donde el proceso es más lento.
Hoy, aunque cada famoso parece caminar por senderos distintos, el triángulo no se cerró: Icardi y Suárez oficializaron su vínculo; Wanda continuó visible en televisión y en las redes sociales. La novela de aquel escándalo trasciende lo romántico para convertirse en un caso de fama, poder y exposición pública.
