En la recta final hacia las elecciones legislativas del próximo domingo 26 de octubre, el gobierno de Javier Milei oficializó el pago de un bono extraordinario de $195.000 para los trabajadores del Correo Argentino que participen en la organización de los comicios. La medida fue presentada como una compensación por la exigencia de la tarea electoral, pero lejos de cerrar el conflicto, abrió un nuevo capítulo en la discusión salarial con los gremios del sector.
El acuerdo fue sellado entre las autoridades del Correo y los sindicatos AATRAC, FOECYT y FEJEPROC, que aceptaron el pago extraordinario, aunque remarcaron que no alcanza para cubrir la pérdida del poder adquisitivo en un contexto de alta inflación. Además del bono, el entendimiento contempla un aumento del 5,2% retroactivo a septiembre y subas adicionales del 1,1% en octubre y otro 1,1% en noviembre.
Aun con la firma del convenio, informó NA, los gremios marcaron su disconformidad. Desde AATRAC advirtieron que continuarán exigiendo “condiciones laborales justas y paritarias libres que reflejen la realidad económica”. La postura fue respaldada por la FEJEPROC, que consideró que la propuesta “no recompone plenamente” el deterioro de los sueldos.
En el mismo sentido, referentes sindicales señalaron que el bono es un alivio circunstancial que responde al escenario electoral, pero no soluciona el problema de fondo: el atraso salarial frente a la inflación. Según remarcaron, el pago extraordinario no puede reemplazar a una negociación paritaria abierta y sin techo impuesto por el Ejecutivo.
Con este panorama, el Gobierno busca garantizar la normalidad del operativo electoral, aunque el trasfondo de la disputa con los gremios del Correo Argentino anticipa que el conflicto por la recomposición salarial seguirá latente más allá de la elección. La tensión entre el bono millonario y la exigencia de paritarias libres refleja, una vez más, el difícil equilibrio entre la política económica de la Casa Rosada y el reclamo de los trabajadores.