El Comité Nobel noruego anunció este viernes la entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, destacando su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y su compromiso con una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Se trata del primer galardón de este tipo otorgado a una venezolana, un hecho que marca un hito histórico en medio de la crisis política y humanitaria que atraviesa el país caribeño.
Machado, quien se encuentra escondida desde hace casi un año por temor a represalias del régimen de Nicolás Maduro, recibió la noticia desde la clandestinidad. En julio de 2024, durante las elecciones presidenciales venezolanas, apoyó la candidatura del opositor Edmundo González Urrutia, luego de haber sido inhabilitada políticamente por el oficialismo.
“¡Estoy en shock!”: la reacción de María Corina Machado al conocer la noticia
El propio González Urrutia, a través de su cuenta en la red social X (ex Twitter), compartió un mensaje de celebración tras conocerse el fallo del Comité Nobel:
“¡Nuestra querida María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025! Merecidísimo reconocimiento a la larga lucha de una mujer y de todo un pueblo por nuestra libertad y democracia. ¡La primera Nobel de Venezuela!”.
El mensaje estuvo acompañado por un video de la conversación telefónica en la que el excandidato opositor le comunica la noticia a Machado. En la grabación, la líder responde con emoción: “¡Estoy en shock!”, reflejando la sorpresa y la emoción de recibir el máximo reconocimiento internacional en materia de derechos humanos.
Una vida dedicada a la libertad
Nacida en Caracas, María Corina Machado es ingeniera industrial y cuenta con estudios en finanzas. Antes de involucrarse en la política, tuvo una breve trayectoria en el sector privado, aunque rápidamente orientó su vocación hacia la acción social. En 1992 fundó la Fundación Atenea, dedicada a la protección y reinserción de niños en situación de calle.
Una década más tarde, en 2002, fue una de las fundadoras de la organización civil Súmate, que promueve la realización de elecciones libres y transparentes en Venezuela. Desde ese espacio, impulsó capacitaciones y programas de observación electoral, lo que le valió reconocimiento internacional, pero también persecución política.
En 2010, fue electa diputada de la Asamblea Nacional con una cifra récord de votos, aunque en 2014 fue expulsada del Congreso por orden del régimen chavista, tras denunciar violaciones a los derechos humanos durante las protestas contra Maduro. Desde entonces, se transformó en una de las voces más firmes de la oposición democrática venezolana.
Del exilio interno al reconocimiento global
Machado lidera actualmente el partido Vente Venezuela, y en 2017 impulsó la creación de la coalición Soy Venezuela, que agrupa a diversas fuerzas políticas y sociales con el objetivo de construir una alternativa al chavismo. A pesar de las amenazas, su voz se mantuvo como símbolo de resistencia cívica y defensa de la libertad en un país marcado por la censura, la pobreza y la represión estatal.
La líder opositora no ha abandonado Venezuela, pese a los riesgos que implica su militancia. Desde su paradero desconocido, continúa comunicándose con la prensa y sus seguidores a través de mensajes grabados y transmisiones en redes. “Este reconocimiento no es mío, es del pueblo venezolano que no se rinde”, habría dicho tras conocer la noticia del Nobel, según allegados.
Un mensaje para el mundo
El Premio Nobel de la Paz 2025 llega en un momento crítico para América Latina, donde resurgen las tensiones entre gobiernos autoritarios y movimientos democráticos. Con este reconocimiento, la comunidad internacional envía una señal clara de apoyo a la causa venezolana, en un contexto de creciente aislamiento del régimen de Maduro.
El Comité Nobel destacó que el ejemplo de Machado “inspira a las mujeres y a los pueblos oprimidos de todo el mundo a continuar luchando por sus derechos”, y remarcó que su liderazgo “representa la fuerza moral frente al autoritarismo y la represión”.
Para muchos analistas, el premio también constituye una advertencia simbólica hacia aquellos gobiernos que, en nombre del poder, pretenden silenciar a la oposición.