Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

Milei llega a las elecciones con superávit fiscal y presión de Estados Unidos para abrir el diálogo con los gobernadores

 

El Gobierno exhibe el equilibrio de las cuentas públicas como principal logro económico, pero enfrenta dudas sobre el régimen cambiario, las reservas y las futuras exigencias del Tesoro norteamericano.

 
Milei

Javier Milei llega al tramo final de la campaña con un dato que ningún gobierno argentino había logrado en décadas: superávit fiscal consolidado. Con una inflación en descenso y una administración del gasto austera, el oficialismo defiende su política económica como la base de un nuevo ciclo de estabilidad.

Sin embargo, el escenario no está exento de desafíos. La economía aún no muestra señales sostenidas de recuperación y, tras las elecciones legislativas del domingo, el Gobierno deberá responder a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del gobierno de Donald Trump, que reclaman un horizonte de mayor previsibilidad política y diálogo institucional con las provincias.

Caputo admite errores y prepara una nueva etapa

En declaraciones recientes, el ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció que la relación con los gobernadores fue un punto débil de la gestión. “Fue un error de mi lado no haberme involucrado más en lo político. Tomaba una posición cómoda: tenía el soporte del Presidente y dejaba las peleas a otros”, admitió antes de su último viaje a Washington.

En los despachos oficiales se asume que, a partir del lunes, el diálogo con las provincias será clave para garantizar la aprobación de las “reformas de segundo orden”. Eso implicará reactivar transferencias, aumentar los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y, posiblemente, destrabar proyectos de obra pública paralizados.

Meta cumplida y cuentas ordenadas

A pesar de la desaceleración inflacionaria —que dificulta la licuación de partidas— y la caída en la recaudación por la baja de retenciones, el frente fiscal continúa sólido. Según la economista Florencia Iragui, de LCG, “en los primeros nueve meses del año el superávit primario acumuló 1,3% del PBI, muy cerca del 1,6% comprometido con el FMI”.

El Ministerio de Economía destaca que se trata de un resultado inédito, alcanzado sin emisión monetaria y con un esquema de gasto estrictamente controlado. Para Caputo, el “frente fiscal es inquebrantable” y constituye la base de cualquier renegociación con los organismos internacionales.

Reactivar la actividad sin perder el equilibrio

En el oficialismo reconocen que, sin importar el resultado electoral, deberán negociar con los bloques dialoguistas para avanzar con las reformas estructurales. Los gobernadores, a su vez, exigen mayor margen fiscal para sostener el empleo público y las economías regionales.

Los analistas privados prevén que el Gobierno cederá parte de los recursos para reactivar la actividad, luego de más de un año de ajuste. “Si al Gobierno le va bien, no habrá grandes cambios. Si le va mal, tendrá que ceder recursos, sobre todo en obra pública”, sostuvo el economista Gonzalo Guiraldes, de Audemus.

La leve mejora en el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de agosto, con un crecimiento intermensual del 0,3%, dio cierto alivio al Ejecutivo, que busca evitar una recesión técnica. Aun así, la construcción sigue muy por debajo de su pico histórico, tras caídas intermensuales de hasta 26% en marzo pasado.

Reservas, dólar y señales de Washington

El régimen cambiario actual es otro foco de incertidumbre. Aunque Caputo descartó modificaciones tras las elecciones, el mercado duda de su sostenibilidad. La reciente intervención del Banco Central, con ventas por USD 45,5 millones, reavivó la preocupación sobre el nivel de reservas.

Según estimaciones privadas, las reservas netas se ubican entre USD 7.000 y 8.000 millones por debajo de la meta acordada con el FMI, que exige cerrar 2025 con un saldo negativo no mayor a USD 2.600 millones. El ingreso anticipado de exportaciones del agro, por la baja transitoria de retenciones, permitió cierto respiro, pero no cambia el panorama estructural.

La meta es imposible de cumplir sin un nuevo acuerdo con el FMI o sin apoyo externo. El swap con el Tesoro de Estados Unidos podría ser el puente hasta una renegociación”, advirtió Guiraldes.

Un equilibrio frágil antes de los comicios

En este contexto, el Gobierno apuesta a consolidar su capital político en las urnas para mantener la iniciativa económica. Con un superávit fiscal validado por los organismos internacionales y un respaldo explícito de Washington, Milei buscará encarar una nueva etapa de gestión menos ideológica y más pragmática.

Sin embargo, los desafíos son claros: reconstruir reservas, sostener la recuperación y mantener la disciplina fiscal sin perder apoyo social. En otras palabras, que la motosierra no termine serruchando el propio equilibrio político.