El presidente Javier Milei oficializará este martes la asunción de Pablo Quirno como nuevo canciller, en una breve ceremonia prevista para las 17 horas en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Quirno reemplaza a Gerardo Werthein, quien presentó su renuncia la semana pasada, días antes de las elecciones legislativas.
Durante el acto se espera la presencia de familiares del nuevo titular de la cartera y del resto del Gabinete, en un gesto que busca mostrar cohesión tras la seguidilla de cambios y tensiones internas que marcaron las últimas semanas. Según el propio presidente, Quirno representa a “un coloso que viene del Ministerio de Economía”, frase con la que Milei destacó la cercanía entre la política exterior y la agenda económica del Gobierno.
La llegada de Quirno —un funcionario con vínculo directo con el entorno económico del Ejecutivo— se interpreta como una señal de que la diplomacia argentina quedará alineada con las prioridades financieras y comerciales del gobierno. Su nombramiento cuenta además con el aval de figuras cercanas al Presidente: Quirno forjó afinidad con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, tras acompañarla en un viaje oficial a Canadá.
La salida de Werthein se produjo en un contexto complejo: en las últimas semanas crecieron los rumores sobre la inclusión del asesor Santiago Caputo en el gabinete, lo que generó desencuentros internos. A ese clima se sumaron críticas desde espacios afines al Gobierno contra la gestión del saliente canciller, y cuestionamientos por la gestión del encuentro entre Milei y su par estadounidense en la Casa Blanca.
Antes de dejar el cargo, Werthein firmó 83 traslados de diplomáticos destinados a embajadas y consulados —operativos que se instrumentarán entre enero y abril— y desde el Ejecutivo ya adelantaron que esas designaciones serán sometidas a una revisión exhaustiva por la nueva conducción de la Cancillería. La decisión anticipa un proceso de evaluación que podría modificar la composición del servicio exterior.
Con Quirno al frente, el Gobierno busca consolidar una política exterior que refuerce la apertura económica y las alianzas estratégicas impulsadas desde el Ministerio de Economía, al mismo tiempo que intenta cerrar filas internas tras la derrota o cambios recientes. La jura de este martes marcará el inicio formal de una etapa en la que la Cancillería quedará más ligada a los objetivos comerciales y financieros del Ejecutivo.
