Treinta y cuatro diputados nacionales buscarán revalidar sus bancas en las elecciones legislativas del 26 de octubre, aunque solo una veintena tiene prácticamente asegurado su regreso a la Cámara baja. La renovación del cuerpo legislativo se da en un contexto político marcado por la polarización entre La Libertad Avanza (LLA) y Fuerza Patria, con el radicalismo y las fuerzas provinciales intentando sostener su representación.
La Cámara de Diputados pondrá en juego 127 bancas, y la distribución actual refleja el peso de los dos grandes espacios. El peronismo y sus aliados arriesgan 47% de sus 98 escaños, mientras que la coalición de La Libertad Avanza y el PRO pone en disputa cerca del 30%. El resto corresponde a bloques provinciales, radicales y de izquierda.
Los diputados que tienen asegurado un nuevo mandato son aquellos que encabezan las listas o se ubican en los primeros lugares de los principales distritos. En este escenario, LLA–PRO lograría retener y ampliar su bancada con entre 14 y 16 diputados nuevos. Mientras que Fuerza Patria consolidaría al menos 10 escaños.
Los nombres que regresan por La Libertad Avanza y el PRO
En el oficialismo, Diego Santilli aparece entre los casos confirmados. Su postulación surgió tras la escandalosa renuncia de José Luis Espert, y encabeza la boleta por la provincia de Buenos Aires. También tienen asegurada su continuidad los legisladores Alejandro Finocchiaro y Florencia De Sensi, ambos del PRO, que figuran en lugares expectantes.
En la Ciudad de Buenos Aires, el libertario Nicolás Emma y la diputada bullrichista Sabrina Ajmechet también se encaminan a renovar sus mandatos, al igual que Álvaro Martínez en Mendoza. En Córdoba, Laura Rodríguez Machado figura en cuarto lugar y podría conseguir la reelección si el oficialismo logra una buena performance.
Los confirmados por Fuerza Patria
En el espacio kirchnerista de Fuerza Patria, los sindicalistas Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Hugo Yasky tienen asegurado su lugar en la próxima Cámara, gracias al peso territorial del gobernador bonaerense Axel Kicillof. También lo consiguió Agustina Propato, esposa de Sergio Berni y cercana a Cristina Fernández de Kirchner.
En la Ciudad, Itai Hagman (Patria Grande) renovará su banca tras acordar con La Cámpora que, si gana, cederá su lugar en 2027 a Javier Andrade. En el interior, Gabriela Pedrali (La Rioja), Vanina Lis Marín (La Pampa), Emilio Estrada (Salta), Leila Chaer (Jujuy) y Gladys Medina (Tucumán) son los otros nombres que encabezan sus listas y tienen prácticamente garantizada la continuidad legislativa.
UCR, aliados y fuerzas provinciales
En el radicalismo, el panorama es más incierto. De los 14 diputados del bloque, 11 terminan mandato, y solo Pamela Verasay tiene asegurada su reelección al integrar la boleta conjunta de LLA–UCR en Mendoza, junto a Alfredo Cornejo.
Por fuera de las dos grandes coaliciones, Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) buscará mantener su banca por la agrupación Potencia Republicana. Mientras que en Provincias Unidas, el espacio que lidera Juan Schiaretti, los confirmados son Natalia De la Sota, Margarita Stolbizer, Florencio Randazzo y Emilio Monzó.
Los que están en duda y los que podrían quedarse afuera
En Córdoba, el peronista Pablo Carro enfrenta una disputa reñida con Natalia De la Sota. Mientras que en Santa Fe, Melina Giordi, cercana al gobernador Maximiliano Pullaro, depende del desempeño provincial de su lista.
Por el PRO, Oscar Agost Carreño vuelve a competir tras un conflicto interno con la conducción nacional. Y Juan Manuel López (Coalición Cívica) pelea por conservar su banca, aunque los últimos sondeos lo muestran rezagado. En la izquierda, los diputados Alejandro Vilca (Jujuy) y Juan Carlos Giordano (Buenos Aires) intentarán repetir mandato, pero enfrentan un escenario adverso.
Un Congreso fragmentado y con equilibrio inestable
De confirmarse los pronósticos, el nuevo Congreso que asumirá en diciembre estará más fragmentado. La Libertad Avanza–PRO conservaría el control de la Cámara con alrededor de 110 bancas junto a sus aliados, mientras que Fuerza Patria retendría entre 85 y 90. El resto se repartiría entre radicales, socialistas, provinciales y la izquierda, conformando un escenario de negociaciones permanentes para aprobar leyes clave o sostener vetos presidenciales.