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ECONOMÍA

Reina el desconcierto en el sector fintech por la prohibición del Banco Central de vender dólar oficial

 

La autoridad monetaria reflotó una norma que prohíbe tercerizar la operatoria cambiaria y frenó la venta de divisas en dos billeteras virtuales. En el mercado señalan que la medida contradice la política de desregulación que pregona el BCRA.

 
Banco

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a sacudir el tablero del sistema financiero con una decisión inesperada: obligó a Mercado Pago y Cocos Capital a suspender la venta de dólar oficial a sus clientes. La medida, que fue comunicada bajo el argumento de “aclarar la normativa vigente”, dejó desconcertado al ecosistema fintech, que no logra encontrar una justificación económica ni regulatoria.

El organismo que conduce Santiago Bausili sostuvo que “no está permitido tercerizar las operaciones de cambio” y recordó que solo bancos y casas de cambio tienen la facultad de vender divisas en el mercado oficial. El comunicado cortó de raíz el esquema que funcionaba en estas plataformas a través de BIND, un banco que ofrecía el servicio “llave en mano” a las billeteras digitales.

Un golpe a las billeteras

La medida impactó de lleno en Mercado Pago, la aplicación financiera más utilizada del país, y en Cocos Capital, que en los últimos meses había promocionado activamente la compra de dólares desde su plataforma. Ambas venían ofreciendo un tipo de cambio competitivo para el cliente minorista, lo que según fuentes privadas habría despertado recelos dentro del BCRA.

“Nos pidieron apagar”, reconoció sin rodeos Ariel Sbdar, CEO de Cocos Capital, en un intercambio con usuarios de la red X. En paralelo, intentó llevar tranquilidad: “Si bien a pedido de nuestro proveedor de dólar oficial pausamos temporalmente dicha operatoria, seguimos operando dólar MEP normalmente. Todos nuestros servicios se encuentran disponibles como siempre”.

Desde Mercado Pago, en tanto, no hubo comentarios oficiales, aunque la compañía suspendió de inmediato la operatoria de compra de divisas.

El desconcierto fintech

En el mundo de las fintech predomina la incertidumbre. Los empresarios señalan que las billeteras no son responsables de la tensión cambiaria actual, ya que el volumen que operan es mínimo en comparación con los bancos tradicionales. “Es más negativo que el Banco Central salga a explicar que ‘esto no es un cepo’ que lo que realmente movían Mercado Pago o Cocos en el mercado oficial”, opinó una fuente del sector.

Además, remarcan la contradicción de la decisión con el discurso oficial del propio Central, que se había mostrado comprometido con la desregulación y la apertura del sistema financiero. “Llama la atención que recién ahora se haga esta interpretación normativa, cuando las billeteras venían ofreciendo el servicio hace más de dos meses”, cuestionaron.

Otro punto que despierta suspicacias es que tanto Mercado Pago como Cocos Capital están en proceso de convertirse en bancos: la primera inició el trámite para lanzar “Mercado Banco” y la segunda adquirió recientemente el Banco Voii. Ambas operaciones dependen de la aprobación del BCRA.

Una aclaración que suena a cepo

El propio Bausili se vio obligado a dar explicaciones en televisión. “Nos encontramos que había entidades no autorizadas que hacían operaciones de cambio con personas humanas. Cuando lo fuimos notando, analizamos la normativa y salimos a aclararles que esta interpretación estaba errada”, dijo.

Sin embargo, en el mercado no compraron el argumento. “El cambio ocurrió: las billeteras dejaron de vender dólares. Más allá de lo que diga el Central, la decisión equivale a un nuevo cepo encubierto”, sostuvo un operador financiero.

El golpe a las billeteras virtuales ocurre en un momento de fuerte presión sobre el mercado cambiario. Con el dólar paralelo en alza y expectativas de mayor volatilidad en octubre, en la antesala de las elecciones legislativas.

Para las fintech, la decisión deja un mensaje claro. La desregulación tiene límites cuando se tocan intereses sensibles del sistema financiero y del propio Banco Central. Y expone, una vez más, la fragilidad del esquema cambiario argentino.