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ESPECTÁCULO

Sin filtros: Lali Espósito contó una gran verdad que involucra a Pedro Rosemblat

 

De visita en el programa español La Resistencia, la cantante se animó a responder sobre su intimidad y habló de su romance con el periodista.

 

En medio de las grabaciones de La Voz Argentina (Telefe), Lali Espósito se tomó un descanso para viajar a España y participar del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Allí, acompañada por Pedro Rosemblat, la cantante disfrutó de unos días de relax y, fiel a su estilo frontal, sorprendió al hablar sin tapujos sobre su intimidad en televisión.

La revelación de Lali Espósito

Todo ocurrió durante su paso por La Resistencia, el popular programa conducido por David Broncano. En el clásico ping pong de preguntas, el conductor lanzó: “¿Relaciones sexuales en los últimos treinta días?”. Entre risas y miradas cómplices hacia el público, la intérprete de Disciplina respondió: “Muchísimas, porque mi novio está acá. Hola, mi amor. Te encanta que cuente en televisión española cuánto… Estás muy cómodo y contento”.

La cámara enseguida enfocó a Rosemblat, que se encontraba en la tribuna. “Pedro, he dudado si mostrarte o no, pero Lali dijo: ‘Sacalo, que se le vea que está contento, que le brillen los ojos’”, bromeó Broncano. Entre carcajadas, la cantante replicó: “Pobre hombre, perdón mi amor”. Con humor, el periodista sumó: “Yo soy bastante más pudoroso que Lali, como casi todo el mundo, ¿no?”.

Lejos de esquivar el tema, Espósito fue por más: “Estuve diez días en el festival de San Sebastián siendo jurado, y ahí estaba sola. Me maté a… hasta que él llegó”. La confesión desató risas en el estudio, mientras Rosemblat se tapaba la cara con timidez. “¡Viva el amor!”, gritó Lali al cierre, en medio de aplausos.

Durante la charla, la artista también se mostró reflexiva. Recordó que trabaja desde los 10 años y describió lo complejo que fue crecer frente a las cámaras. “Tengo 33 y trabajo desde los diez. Niña esclava de la televisión. Bastante bien estoy, eh”, ironizó. Además, habló de la presión de haber sido ídola adolescente y de la necesidad de reinventarse para no quedarse atada al pasado.