Por stablecoins debe entenderse un tipo de criptomoneda diseñada para mantener un valor estable. Ello se consigue vinculándolas a una reserva de activos, a menudo una moneda fiduciaria como el dólar estadounidense.

Las criptomonedas tradicionales como el bitcoin, pueden experimentar una volatilidad significativa. En contraste, las stablecoins buscan ofrecer la estabilidad de las monedas fiduciarias aprovechando las ventajas de la tecnología blockchain. En el mercado existen principalmente tres tipos de stablecoins.
Por un lado se encuentran las stablecoins respaldadas por moneda fiduciaria. Estas criptomonedas están respaldadas uno a uno por una moneda fiduciaria almacenada en una cuenta bancaria. Algunos ejemplos son Tether (USDT) y USD Coin (USDC). USDT es la stablecoin más grande por capitalización de mercado y a menudo se la considera la primera stablecoin exitosa. Gestionada por Circle, USDC está ganando popularidad tanto en el mercado minorista como en el institucional, y también está vinculada al dólar estadounidense.
Por otro, existen las stablecoins respaldadas por otras criptomonedas. Estas criptomonedas están respaldadas por criptomonedas que, a menudo, tienen un exceso de garantía para absorber la volatilidad. Dai (DAI) es un ejemplo destacado y utiliza contratos inteligentes para mantener su valor frente al dólar estadounidense.
Finalmente, están las stablecoins algorítmicas. Estas mantienen su valor mediante algoritmos que controlan la oferta y la demanda, pero no cuentan con garantías. Sin embargo, este tipo de moneda tiene una cuota de mercado relativamente pequeña en comparación con USDT, USDC y DAI. La reciente legislación aprobada por el Congreso de Estados Unidos busca regular las stablecoins, lo que permite a los bancos emitir y gestionar activos digitales. Esta iniciativa legislativa refleja la creciente necesidad de reconocimiento de las stablecoins en el ecosistema financiero.
El marco regulatorio
La reciente legislación estadounidense se centra en la regulación de las stablecoins. Ello es crucial para garantizar la protección del consumidor y la estabilidad financiera. El proyecto de ley sugiere que se requerirá una cantidad significativa de letras del Tesoro (T-bills) para respaldar las stablecoins. Ello podría provocar un cambio en la emisión prevista, con un mayor número de letras del Tesoro y una menor cantidad de valores a largo plazo. En teoría, esto proporcionará al mercado de capitales de mayor liquidez, pero también podría significar una menor estabilidad.
A medida que las stablecoins se afianzan en un marco regulatorio más claro, podemos esperar una mayor integración en los sistemas financieros tradicionales. Los bancos podrían empezar a ofrecer servicios que las incorporen, lo que mejoraría su utilidad para las transacciones cotidianas y los pagos internacionales, tal como sucede en el caso de los casinos virtuales. Ante la creciente necesidad de garantías para respaldar las stablecoins, ya se observa una tendencia hacia valores a corto plazo, lo que influye en la dinámica y la liquidez del mercado. Esto podría proporcionar más recursos alternativos para la inversión formal en proyectos o empresas innovadoras.
Un mercado emergente
Aunque las stablecoins están diseñadas para minimizar la volatilidad, no son inmunes a las fluctuaciones del mercado ni a los desafíos regulatorios. Es probable que en el futuro se intensifique el escrutinio sobre sus reservas de respaldo y su transparencia operativa, lo que podría influir en su estabilidad y aceptación.

Además, las stablecoins tienen el potencial de mejorar la inclusión financiera en los mercados emergentes, donde el acceso a la banca tradicional es limitado. Pueden proporcionar un medio fiable para transferir valor y realizar transacciones en economías con monedas inestables.
Sin embargo, cualquier nuevo marco regulatorio impredecible y la dinámica del mercado serán cruciales para la evolución y el impacto potencial en el mercado. Aun así, las stablecoins podrían desempeñar un papel transformador en el ecosistema financiero global.
