Después de varios meses con un relativo bajo perfil, el peronismo espera reabrir las discusiones internas a partir del lunes y finalmente acordar una dirección común entre sus distintos sectores. Desde la conformación de la alianza Fuerza Patria, principalmente impulsada por la detención de la ex presidente Cristina Kirchner, las grandes tribus del peronismo en la Provincia de Buenos Aires decidieron dejar atrás las internas y confluir en un frente con el objetivo de oponerse al gobierno de Javier Milei.
Con los resultados de septiembre en la Provincia, donde Fuerza Patria superó por más de 14 puntos a La Libertad Avanza, el peronismo decidió mantener el rumbo y evitar tensiones innecesarias entre sus principales referentes. «Nuestro objetivo es avanzar en materia de lo que debe ser la agenda del próximo gobierno«, indicó a TN una dirigente de La Cámpora.
La misma referente señaló que la discusión a futuro dentro del Partido Justicialista (PJ) se centró en «cómo salir del endeudamiento y solucionar las economías familiares, de las empresas y, finalmente, del país». «Todos los sectores vienen planteando lo mismo que dijo Cristina», sentenció.
La disputa en Buenos Aires
A pesar de estas intenciones, la interna del peronismo podría abrir una tangente inesperada: el control del Partido Justicialista bonaerense. Actualmente, el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, preside el PJ en la Provincia de Buenos Aires; una posición que desde los sectores cercanos a la ex mandataria esperan mantener, incluso con el apoyo del gobernador Axel Kicillof.
Sin embargo, en los últimos días se conoció un posible competidor para el puesto: el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés «Cuervo» Larroque. El referente peronista aseguró durante una conferencia de prensa que «estaba dispuesto a hacer lo que le tocara«, lo que lo convirtió en una figura a la que La Cámpora podría comenzar a ver con recelo.

