Anoche, los espectadores de La 1 de Televisión Española fueron testigos de una nueva entrega de La Revuelta, el programa de David Broncano que se emite desde el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid. Entre los invitados de la noche estuvieron Arón Piper y Lali Espósito, quien atraviesa uno de los momentos más plenos de su carrera y se prepara para iniciar su gira española en octubre.
Lejos de limitarse a hablar de su música y su presente profesional, la artista argentina también se refirió a un episodio político que la marcó: su enfrentamiento con el presidente Javier Milei. “Me peleé con el presidente de la Nación… Bueno, él me peleó. No le gustó una opinión concreta que yo di y tuve que hacer una canción para responderle”, aseguró la intérprete.
La canción de Lali Espósito que molestó al presidente
El tema en cuestión fue Fanático, incluido en su nuevo disco No vayas a atender cuando el demonio llama. En él, Lali dejó claras referencias al libertario tras el cruce que habían tenido en redes sociales. “El tipo gana las primarias, antes de convertirse en presidente. Yo puse un tuit que decía: ‘qué peligroso, qué triste’. A partir de ahí, se vino una persecución con sus trolls… Calumnias, injurias. Por un rato fui el centro del hate del mismísimo presidente”, recordó.
Espósito incluso mencionó uno de los apodos que Milei le dedicó públicamente. “Me llegó a decir ‘Lali Depósito’. Él cree que los artistas opinan porque les pagan o algo así”, señaló.
Lali; me quebré pero ahora estoy
— Familia Esposito (@familiaespos) September 30, 2025
acá DIVINA, MOOOooRrrr.?? pic.twitter.com/iL3XEO6ZFN
A pesar de la tensión, la cantante mostró que logró darle un giro artístico a la situación. “Estoy bárbara. Quebré, pero ahora estoy divina. La canción fue mi manera de responder. En la tapa estoy toda pintada y escrachada, un poco lo que me estaban haciendo”, explicó, mientras le entregaba a Broncano un cartel dedicado a sus propios haters.
La sinceridad y el desparpajo de Lali arrancaron risas y aplausos en el público español, que celebró su capacidad para transformar un conflicto político en una obra artística con sello personal.