El ingreso de Vicente, el hijo de Carolina Amoroso y Guido Covini, a la mesa de Mirtha Legrand marcó un momento inédito y profundamente emotivo en la televisión argentina.
La periodista, reconocida por su trayectoria internacional, presentó por primera vez en público a su primer hijo, de apenas un mes y medio, generando una escena de ternura, sorpresa y celebración que conmovió tanto a los presentes en el estudio como a los televidentes. “Es el bebé más chiquito que ha venido a mi mesa”, exclamó Mirtha con su característico asombro, mientras Amoroso sonreía y bromeaba sobre el récord histórico que acababa de establecer su pequeño.
El invitado más chiquito en la mesa de Mirtha Legrand
En un clima distendido y familiar, la conductora preguntó por el bebé durante el almuerzo, y Carolina respondió con humor que Vicente “estaba esperando conocerla”. La periodista contó que le dicen “el Chiqui” en casa y reveló que el apodo surgió porque recibe regalos a diario, lo que despertó la risa general. Minutos después, tras el único corte del programa, Amoroso apareció con su hijo en brazos, desatando la emoción en el estudio. Mirtha lo recibió con ternura y celebró la llegada del invitado más joven en los años de historia del ciclo. “Vicente significa ‘el que vence’”, explicó su mamá, recordando que nació con un peso de cuatro kilos, rasgo que, según dijo, heredó de su papá.
El nacimiento del pequeño, el pasado 10 de septiembre, representó un antes y un después en la vida de Amoroso y Covini, quienes se convirtieron en padres por primera vez un año y medio después de casarse. A los pocos días del parto, la periodista compartió un emotivo mensaje en redes: “Vicente ya está en nuestros brazos… y todavía nos cuesta creerlo”, escribió, acompañando sus palabras con una serie de fotos y agradecimientos al equipo médico, familiares y amigos.
Durante su paso por el programa, Carolina habló sobre su experiencia como madre primeriza y destacó el rol fundamental de las puericultoras, a quienes definió como “ángeles que acompañan sin juzgar”. Contó que su hijo mantiene la misma energía que tenía en la panza: “Es un pequeño rockero, se activa de noche”. Con humor y ternura, describió el proceso de adaptación con Guido y la felicidad de esta nueva etapa. “El vínculo se construye entre el cansancio y el amor”, reflexionó, mientras Mirtha cerraba el momento con un deseo simple pero poderoso: “Que sean muy felices los tres”.
