La influencer Camila Deniz, conocida como “Camilota”, salió al cruce de fuertes críticas que surgieron tras publicar un día de spa luego de que su hermano Thiago Medina sufriera un grave accidente en moto. Las imágenes mostraban a Camila relajada, con bata y traje de baño, acompañada de una bebida en una pileta, mientras la familia lidiaba con la hospitalización.
Muchos usuarios cuestionaron que ese momento de ocio coincidiera con la campaña de donaciones que la familia había recibido para cubrir los gastos médicos de Thiago Medina. En tanto, las críticas se centraron en el supuesto uso del dinero destinado a la recuperación de su hermano para financiar el descanso de Camila.
Esto desató una ola de comentarios en Instagram como: “¿Usaron lo que donaron?” o “Lucraste con tu hermano”, «la platita de las donaciones», «Se fue al spa con lo que juntó». Frente al revuelo, Camila publicó una historia en Instagram donde afirmó: “No tengo que explicar por qué busco un momento de paz».
En su descargo, Camila también señaló: «Nadie sabe lo que viví, ni las noches sin dormir, ni las lágrimas que me guardé”. Además, aclaró que acudir al spa no borraba el dolor, sino que le permitía seguir adelante con la situación familiar.
El día de spa quedó entonces como símbolo del conflicto entre bienestar personal y escrutinio público: mientras Camila lo describió como “un momento de respiro”, otros lo interpretaron como una imprudencia. En un entorno donde cada gesto se hace viral, la tensión entre la percepción de ayuda médica y la apariencia de ocio se volvió cuestión centra
El episodio refleja cómo en la era digital la solidaridad, la intimidad familiar y el autocuidado pueden chocar abruptamente. Por ello, Camila buscó explicar que su camino no se reduce a lo que se ve en redes, sino al trabajo interno tras una situación dura.
