La ARCA, encabezada por Juan Pazo, selló un nuevo acuerdo de cooperación aduanera con Estados Unidos. El convenio incluye intercambio de información sensible y abre un capítulo clave para el agro.
La firma del acuerdo de cooperación aduanera entre Argentina y Estados Unidos abrió un cambio relevante para el agro y para el comercio bilateral. Juan Pazo encabezó la negociación junto a autoridades de la CBP en Washington. Según confirmaron fuentes oficiales, el pacto incorpora acceso a datos estratégicos y deja abierto un punto que genera inquietud entre exportadores.
Acuerdo de cooperación aduanera: alcance y primeros efectos
La ARCA avanzó con un acuerdo de cooperación aduanera que busca modernizar los procesos y reforzar la coordinación bilateral. Pazo firmó el documento en Washington junto al subcomisionado Donald R. Stakes. La medida apunta a agilizar controles y mejorar la capacidad de detección temprana.
Desde el organismo detallaron que el convenio permitirá intercambiar información en tiempo real. Ese flujo ayudará a combatir delitos transnacionales y a fortalecer la alineación con los estándares de la Organización Mundial de Aduanas. También reducirá tiempos logísticos y aportará mayor competitividad para el sector privado.
El acuerdo forma parte del plan de digitalización de la Aduana. La ARCA quiere avanzar hacia un esquema sin trámites presenciales ni gestiones en papel. La cooperación con la CBP se suma a los programas de modernización financiados con líneas de crédito de organismos internacionales.
Impacto en el agro y alerta por el intercambio de datos
El agro observó con atención el acuerdo de cooperación aduanera. Según fuentes cercanas al vínculo entre el Gobierno de Javier Milei y el sector, el convenio incluye el intercambio de datos sobre el mercado de soja. Esa cláusula abrió dudas entre los exportadores, que temen efectos sobre decisiones comerciales sensibles.
La Casa Blanca ya había planteado su interés en estabilizar el comercio de granos. Ese mensaje reapareció cuando difundió los puntos centrales del acuerdo bilateral. El antecedente inmediato fue la breve eliminación de retenciones, una medida que generó malestar entre productores estadounidenses en medio de las negociaciones por el swap.
En el sector agrícola interpretan que Washington busca evitar distorsiones en el flujo de soja hacia China. Esa posición podría incidir en futuros cambios tributarios. Aun así, el canciller Pablo Quirno rechazó que existan condicionamientos. Sostuvo que el país mantiene su soberanía impositiva y negó pedidos directos de Estados Unidos.
La cooperación aduanera entre ambos países tiene antecedentes desde los 90. Washington trabaja con unidades de transparencia comercial que analizan patrones globales para detectar maniobras ilícitas. Voces del sector no descartan que se incluya una cláusula que exija informar cambios en retenciones. Esa posibilidad despertó preocupación por su impacto en la política económica.
Mientras tanto, la ARCA continúa con su agenda de modernización. El organismo busca robustecer sus sistemas y avanzar en controles digitales. El acuerdo con Estados Unidos se integra a ese proceso y marca un paso relevante para el vínculo bilateral y para el comercio del agro.
