La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) afirmó que el paro alcanzó un acatamiento “superior al 90%” y tensionó su disputa con el Gobierno, que reiteró que descontaría el día. La protesta se realizó frente a la Secretaría de Trabajo bajo un fuerte operativo policial. Según NA, los funcionarios defendieron el descuento y evitaron detalles sobre una nueva negociación.
Un paro con fuerte adhesión y tensión política
La jornada nacional de ATE mostró un escenario marcado por altos niveles de adhesión y un clima político tenso. El gremio aseguró que el paro de ATE tuvo un acatamiento del 90% entre los empleados públicos. La protesta se concentró en la Secretaría de Trabajo, donde un operativo policial controló desde temprano el movimiento para evitar cortes de tránsito.
Desde el sindicato señalaron que la medida expresaba el malestar creciente por la falta de avances en las paritarias. También reiteraron su rechazo a una posible reforma laboral impulsada por el Ejecutivo. “Exigimos una reapertura inmediata”, plantearon los referentes durante la movilización.
Cruce por los descuentos y el reclamo salarial
El Gobierno respondió con firmeza. Funcionarios consultados por NA remarcaron que se descontaría el día a quienes participaron de la huelga. “A los que trabajan se les paga. A los que no, no”, remarcaron. Para el gremio, estas medidas buscan “amedrentar y desalentar” la protesta. El tema se convirtió así en uno de los ejes centrales del conflicto que rodeó al paro de ATE.
En paralelo, el protocolo antipiquetes volvió a ser protagonista. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidió “marchar por la vereda y sin violencia”. Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, respondió que la funcionaria “debería concentrarse en combatir el delito en el Gobierno”, lo que profundizó el cruce discursivo.
La conducción de ATE sostuvo que su principal preocupación es la falta de actualización salarial en un contexto económico complejo. Aguiar afirmó que la reforma laboral que impulsa el Ejecutivo “está íntimamente vinculada con el acuerdo comercial con Estados Unidos”, y denunció que se busca que los trabajadores “produzcan más por menos”.
La marcha tuvo su epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, aunque se replicó en varias provincias bajo una misma consigna: defender los derechos laborales y exigir una revisión salarial. En todos los distritos se aplicaron controles policiales para evitar bloqueos totales.
Pese a la presencia de efectivos y a las advertencias oficiales, la jornada transcurrió sin incidentes de gravedad. Sin embargo, el clima estuvo marcado por declaraciones cruzadas y por la decisión oficial de mantener el descuento salarial, una postura que generó malestar entre los estatales.
Desde ATE insistieron en que las amenazas no frenarían el plan de lucha. “Siempre aparecen estas advertencias para desalentar el reclamo”, señalaron voceros sindicales. También confirmaron que continuarían con nuevas acciones si no aparece una respuesta concreta del Gobierno de Javier Milei.
El sindicato interpretó el nivel de acatamiento como un mensaje claro. Consideran que el apoyo al paro de ATE refleja la urgencia de reabrir el diálogo, mientras el Ejecutivo ratificó que no modificará la decisión de descontar el día. La disputa promete continuar en las próximas semanas.
