Las disputas dentro del peronismo no quedaron con el resultado de las últimas elecciones legislativas. Por el contrario, el Partido Justicialista recrudeció su discordia con los comicios del 26 de octubre. El rostro y los gestos de Máximo Kirchner, mientras Axel Kicillof se dirigía a los militantes en la derrota electoral, ilustró la polarización que hay dentro del espacio.
El futuro cercano marca que las tensiones se mantienen en el tiempo y, pese a la derrota, ningún sector quiere dar el brazo a torcer. Desde San José 1111 quedó el resentimiento por el desdoblamiento que realizó el gobernador de la Provincia. Por su parte, Axel Kicillof pretende centralizar el poder del peronismo por su posición ejecutiva y la férrea postura contra Javier Milei.
La Legislatura bonarense, el próximo enfrentamiento
En La Plata miran con precisa atención lo que ocurra en el debate por el Presupuesto 2026 de la Provincia. Desde el entorno del mandatario bonaerense saben que no contarán con la totalidad del apoyo peronista. Y allí abren juego La Cámpora, conducida por Máximo, y el Frente Renovador, con Sergio Massa tras bambalinas.
En la antesala al debate por la Ley de Leyes, la discrepancia estará en la conducción de la Legislatura de Buenos Aires. Hasta en la elección de la nueva autoridad hay choque de intereses entre los kirchneristas y kicillofistas. El sector que es leal a Cristina Kirchner quiere a Mayra Mendoza como presidente de la Cámara, mientras que los alfiles del gobernador pretende que Mariano Cascallares tome las riendas del Legislativo provincial.
Kicillof, el dueño de la lapicera
El exministro de Economía de Cristina Kirchner ya tiene la revancha pergeñada en caso de que se imponga la voluntad de la presidenta del partido. Desde el entorno del gobernador ya saben que, si no se consigue el Presupuesto y la toma de deuda en la Legislatura, es probable que Axel Kicillof decida eliminar a los miembros de La Cámpora que formen parte de su gobierno.
