El estudio de Luzu TV quedó paralizado cuando Cami Mayan enfrentó un recuerdo que nunca había querido volver a tocar. En Patria y Familia, mientras pasaban imágenes de su viejo canal de YouTube, la influencer se quebró en vivo al ver fragmentos de su vida en Inglaterra junto a Alexis Mac Allister. Escenas cotidianas: ella cocinando fideos sola, caminando por pasillos silenciosos, sobreviviendo al clima y la distancia en un país que nunca sintió propio.
La reacción de Cami Mayan al ver los videos con su ex
“Yo nunca más había vuelto a ver los videos de YouTube”, confesó con la voz temblorosa. “Era otra persona. Lloré de flash”. Para ella, esos registros no eran simples vlogs: eran la evidencia de todo lo que había callado. Años de contención emocional, de tratar de encajar mientras acompañaba la carrera del futbolista. “Me quiero abrazar en ese momento… todo lo que contenía y guardaba solo para mí”, admitió entre lágrimas.
La soledad en el extranjero la empujó a crear contenido, aunque lo viviera como un acto mínimo, casi vergonzoso. “No importaba si era un vlog de mier…, yo necesitaba hacer algo para mí. No quería vivir ahí sin hacer nada para mi vida”, explicó. Mirarse a sí misma hablando despacio frente a la cámara le provocaba una angustia inesperada: “Estaba sola en la casa, ¿por qué hablaba bajito? Me daba miedo. Cuando tenés esa energía, no te va bien, porque no estás donde querés estar”.
Entre sus compañeros intentaban suavizar el momento, pero la pantalla seguía mostrando a una chica que luchaba por no desaparecer. Y en esa vulnerabilidad apareció su versión más honesta: “Elegí el momento correcto para empezar a hacer algo para mí”, dijo con una claridad serena.
Meses atrás, en el mismo ciclo, había contado por primera vez cómo fue su separación de Mac Allister: “Soy dejada básicamente…”. Relató que él debía volver a Inglaterra y que la ruptura fue cara a cara. Ella, todavía con su perro allá, debió viajar para recuperar sus cosas y cerrar una etapa que ya se había roto. Pero lo más fuerte estaba por venir. “Una semana después de dejar mi casa, me dicen que había una persona en MI casa… ¡y con mi perro!”. Esa persona era Ailén Cova, su amiga.
