La expresidenta Cristina Kirchner presenció este jueves, durante más de cuatro horas, la lectura del requerimiento de elevación a juicio en el proceso por la causa Cuadernos de las Coimas, en la que está acusada de haber sido jefa de una asociación ilícita. Desde su domicilio en Constitución, donde cumple prisión domiciliaria, escuchó el inicio del juicio en el que la Justicia expuso cómo habría funcionado la organización criminal que, según la acusación, recaudó más de 10,4 millones de dólares en sobornos solo en el primer tramo de los hechos analizados.
De acuerdo con la investigación encabezada por el fiscal Carlos Stornelli, entre 2003 y 2015 funcionó un sistema de recaudación de fondos ilegales administrado por funcionarios del Ministerio de Planificación Federal y dirigido hacia las más altas autoridades del Poder Ejecutivo. El expediente se sustenta en los registros del chofer Oscar Centeno, quien documentó en sus cuadernos los traslados de bolsos con dinero provenientes de empresarios beneficiados con contratos públicos.
La instrucción judicial identificó cuatro grandes ejes de investigación: los pagos anotados por Centeno, las maniobras en la adjudicación de contratos de transporte ferroviario y vial, la cartelización de la obra pública y la distribución del dinero entre los funcionarios. Por esos motivos, Stornelli solicitó que Cristina Kirchner fuera juzgada como jefa de una asociación ilícita y coautora de 204 hechos de cohecho pasivo, además de partícipe necesaria en otro.
El requerimiento sostiene que los funcionarios «decidieron ceder su voluntad personal y conformar una voluntad general para establecer acuerdos con importantes empresarios nacionales e internacionales, a través de los cuales obtenían beneficios recíprocos«. Según se detalló, la estructura estaba dividida en dos canales de recaudación: uno directo, en el que los funcionarios recogían el dinero en mano, y otro indirecto, intermediado por Ernesto Clarens y Carlos Wagner. Ambos circuitos habrían funcionado en paralelo, pero con una coordinación jerárquica bajo control de la cúpula del poder político.
Causa Cuadernos: Cristina Kirchner en el ojo de la tormenta
Durante la audiencia, la secretaria del Tribunal Oral Federal N°7 (TOF 7), a cargo de los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, leyó un tramo del requerimiento en el que se afirma: «Se encuentra acreditada la intervención de Cristina Fernández en dicha asociación ilícita en carácter de jefa, rol que también cumpliera Néstor Kirchner —respecto de quien se declaró extinguida la acción penal por su fallecimiento—».
La fiscal general Fabiana León, responsable de la acusación, describió la red como una «estructura paraestatal destinada a enriquecerse ilícitamente y financiar otras actividades ilegales». En la primera jornada del juicio se abordaron los 40 casos de cohecho pasivo incluidos en la «causa madre», de los 204 que se le imputan a la expresidenta. Los registros señalan que al menos 19 de esos hechos suman 10,4 millones de dólares en sobornos, muchos de los cuales fueron entregados en el departamento de Juncal y Uruguay, en la Ciudad de Buenos Aires.
Entre los montos más relevantes se destacaron cinco pagos de 5,9 millones de dólares atribuidos directamente a la expresidenta y otros 14 sobornos por un total de 4,5 millones de dólares, además de una serie de entregas documentadas sin cifra exacta, vinculadas a la empresa Electroingeniería, presidida entonces por Gerardo Ferreyra.
