La Cámara Federal de Casación Penal se reunirá este martes con los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) 7 para acordar un esquema que permita acelerar el juicio de la causa Cuadernos, uno de los procesos de corrupción más extensos y complejos de los últimos años que tiene a Cristina Kirchner como acusada. La convocatoria, prevista para el mediodía, buscará establecer medidas que incrementen el ritmo de las audiencias y reduzcan el riesgo de que el debate se prolongue más de tres años, como se proyecta con la modalidad actual.
En el encuentro participarán los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli por el TOF 7, y los camaristas Daniel Petrone y Diego Barroetaveña por la Superintendencia de Casación. La intención es pasar de una sola audiencia semanal a tres, priorizando la presencialidad y dejando atrás el formato virtual que rige en la etapa de lectura de requerimientos. Aunque el tribunal incorporó una sesión adicional los martes a partir del 25 de noviembre, Casación considera que el ritmo sigue siendo insuficiente para un juicio con cerca de 90 imputados, entre ellos Cristina Kirchner, y más de 600 testigos.
La posición de la Cámara de Casación
La Cámara argumenta que el apoyo logístico puede resolver los principales obstáculos materiales: ofreció, entre otras opciones, el uso de la Sala AMIA en Comodoro Py para concentrar las audiencias. También se evalúan alternativas como Costa Salguero y Tecnópolis, espacios amplios y de acceso sencillo, que permitirían reunir a todas las partes sin las limitaciones de capacidad actuales. La propuesta se complementa con un plan de jornadas completas que permitiría avanzar de manera sostenida en la lectura y posterior producción de prueba.
Qué dice el Tribunal de la Causa Cuadernos
El TOF 7, sin embargo, defendió su autonomía. En la última audiencia, los jueces remarcaron que cualquier intervención externa «podría interpretarse como una amenaza a la independencia judicial». Aun así, la presión institucional se intensificó: el consejero de la Magistratura Alberto Maques envió una nota formal para solicitar la presencialidad y un ritmo más ágil del debate. «La justicia tardía no es justicia. Cada dilación erosiona la legitimidad del sistema y amplía la distancia entre el ciudadano y el Poder Judicial», advirtió.
A este contexto se suma la complejidad logística del expediente. Actualmente, el juicio atraviesa la tercera audiencia, centrada en la lectura del primer requerimiento de elevación a juicio. El proceso involucra un volumen excepcional de documentación, múltiples defensas y testigos que deberán declarar a lo largo de meses. Con el esquema inicial, la causa no concluiría antes de 2028, un escenario que tanto Casación como sectores del Consejo de la Magistratura consideran inadmisible dada la gravedad institucional del caso.
