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ECONOMÍA

Claudio Zuchovicki y el “penal sin arquero”: por qué la economía argentina encara una oportunidad inédita

 

El presidente de BYMA aseguró que el país atraviesa una ventana histórica para avanzar con reformas estructurales. Destacó el potencial energético, el rol de las exportaciones y la necesidad de modernizar leyes laborales y fiscales que la CGT bloqueó durante décadas.

 
Zuchovicki

El economista Claudio Zuchovicki describió el escenario actual con una metáfora que revela su nivel de confianza: “La Argentina tiene delante un penal sin arquero”. En diálogo con Infobae en Vivo, el titular de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) sostuvo que el país enfrenta una oportunidad única, potenciada por el giro político tras las elecciones y por un contexto global que demanda exactamente aquello que Argentina puede ofrecer.

Su visión coincide con análisis recientes de Miguel Ángel Broda, quien también remarcó que la coyuntura está alineada para ejecutar reformas históricamente postergadas. Ambos economistas señalan que el país produce bienes estratégicos en un mundo urgido de energía, alimentos y conocimiento.

Energía, alimentos y tecnología: el núcleo del optimismo

Zuchovicki explicó que la clave para entender el momento argentino es observar qué está ocurriendo en los países centrales. “Hoy la inteligencia artificial domina todas las conversaciones, pero sin energía no existe. Y nosotros exportamos energía”. Recordó incluso que Microsoft declaró dificultades para conectar sus chips por falta de capacidad energética, lo que impactó en sus acciones.

Además, subrayó que Argentina continúa siendo uno de los principales exportadores globales de alimentos y mantiene una base sólida de talento para industrias vinculadas a servicios y tecnología. “Si uno mira los indicadores, parece que las piezas se acomodaron para que tengamos una oportunidad histórica”, remarcó.

La importancia de las reformas estructurales

Zuchovicki destacó un punto que el Gobierno viene repitiendo desde diciembre: las reformas deben hacerse en el Congreso, no por decreto, para consolidar instituciones duraderas. También respaldó el orden de prioridades impulsado por Javier Milei, que pone la modernización laboral al tope de la agenda.

¿Quién puede defender la no reforma laboral cuando hay 50% de informalidad? Ya perdimos la batalla hace rato”, afirmó. Para Zuchovicki, oponerse a actualizar leyes del siglo pasado beneficia únicamente a la dirigencia sindical que construyó su poder sobre la economía informal.

En la misma línea se pronunció sobre la reforma fiscal: “¿Cómo no defender una reforma cuando la mitad no paga impuestos y el que paga, paga el doble?”. Apuntó contra los “arbitrajes sociales” que terminaron asfixiando a la producción.

El rol de la educación y las empresas que apuestan

Zuchovicki sostuvo que el gran inversor global mira menos la política y más las reglas. Relató que un empresario argentino le dijo que quienes hablan de política “son los que dependen del favor del Estado”. Por eso considera que el país necesita previsibilidad regulatoria, una reforma laboral moderna y una reforma fiscal que alivie a las pymes.

También advirtió que la recuperación de las empresas se ve condicionada por la caída del salario disponible debido a la reducción de subsidios en el AMBA. Sin embargo, diferenció esta caída del salario real: “Los salarios crecieron por encima de la inflación, pero el recorte de subsidios modifica el humor social”.

Desregulación, menos trabas y un Estado más chico

El presidente de BYMA destacó que el rumbo del Gobierno apunta a simplificar trámites, reducir permisos redundantes y achicar la dependencia del sector privado respecto al Estado. Aseguró que el Ejecutivo busca “sacar obstáculos” para que la actividad económica fluya con reglas claras.

Aun así, señaló que el verdadero motor de largo plazo será la educación: “Podés poner toda la plata del mundo, pero si no hay capital humano, fracasa”.