Además de ser el segundo distrito más poblado de la Argentina, Córdoba es reconocida por sus sierras, sus campos y su tonada tan característica. Pero al mismo tiempo, ninguna provincia del país puede gozar de un calendario de festividades y propuestas culturales y masivas como la mediterránea. Una agenda que se potencia todavía durante el verano, cuando las noches invitan a permanecer al aire libre hasta entrada la madrugada.
Desde las emblemáticas «Nueve Lunas» de Cosquín hasta las destrezas gauchas de Jesús María, Córdoba se ha sabido mostrar como el referente cultural donde late el corazón del folclore argentino. Conseguir y comparar pasajes a Córdoba para disfrutar de estos masivos eventos desde cualquier punto del país es cada vez más fácil y sencillo.
Cosquín, cuna de leyendas
Desde 1961, el Festival Nacional de Folklore de Cosquín reúne entre enero y febrero a las voces más características y reconocidas de la música más tradicional argentina. La plaza Próspero Molina, lugar donde se desarrolla el festival, tiene uno de los escenarios más grande de América Latina, bautizado con el nombre de Atahualpa Yupanqui, emblema del folklore argentino.
Con capacidad para casi 10.000 espectadores, el anfiteatro concentra 7.800 butacas en el campo central con tribunas laterales que completan una experiencia acústica privilegiada. Las nueve noches consecutivas (en honor a la Novena por la Virgen del Rosario, patrona de Cosquín) mantienen despierto el Valle de Punilla con zambas, chacareras y vidalas. Importantísimos íconos del género como Mercedes Sosa, Los Chalchaleros y Atahualpa Yupanqui consagraron aquí las páginas más llamativas de sus trayectorias.
Jesús María: tradición gaucha con sentimiento local
A lo largo de diez jornadas consecutivas en enero, el anfiteatro José Hernández recibe hasta 30.000 personas diarias. El campo de doma contiene tres categorías diferentes donde jinetes nacionales e internacionales demuestran sus destrezas sobre potros sin domar. Representantes de todas las provincias del país compiten con otras delegaciones de Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay, creando un campeonato que trasciende fronteras.
Pero no debe olvidarse que el éxito de este evento se origina de un proyecto solidario. El festival tuvo sus orígenes en mayo de 1965 como iniciativa de la Cooperadora de la Escuela Primer Teniente Morandini para recaudar fondos educativos. En la actualidad, 20 cooperadoras escolares de la región se benefician directamente con lo que se pueda recaudar en cada edición.
Villa General Belgrano: genes alemanes en Argentina
La Oktoberfest argentina de Villa General Belgrano deja ver otro fenómeno cultural fascinante. Desde 1963, esta versión criolla de la famosa fiesta alemana atrae más de 100.000 visitantes durante dos fines de semana consecutivos en octubre (aunque para 2025 se trasladó de manera excepcional a noviembre).
Villa General Belgrano adoptó desde su fundación en los años ’30 las características de una aldea alpina auténtica: casas de tejados rojos a dos aguas, jardines coloridos y gran cantidad de madera definen su arquitectura. Los inmigrantes alemanes, junto a suizos y austríacos, consolidaron esta identidad centroeuropea única en territorio serrano.
El «Espiche» constituye el momento más esperado de cada jornada. Para cumplir este ritual tradicional, se debe golpear el vientre del barril hasta provocar una catarata de cerveza desde lo alto del escenario, al tiempo que la multitud llena sus jarros y celebra al ritmo de orquestas típicas germanas.
Una diversidad cultural incesante
La oferta cultural no acaba en ese lugar, en la ciudad de Alta Gracia se desarrolla el Encuentro de Colectividades que reúne a comunidades inmigrantes de todo el mundo que acercan sus tradicionales platos y danzas.
La Fiesta Nacional de la Miel Serrana en San Marcos Sierras celebra productos regionales, al tiempo que el Festival del Malambo de Laborde homenajea periódicamente a una de las expresiones más vigorosas del folclore nacional. Córdoba también abraza géneros musicales propios como el cuarteto, declarado patrimonio cultural inmaterial. Nacido en 1940 de la inventiva de la pianista Leonor Marzano, este ritmo inspirado en la tarantela y el pasodoble europeos se cargó de influencias latinas hasta transformarse en expresión identitaria provincial.
El mapa festivo que nunca se detiene
Cada mes del calendario en Córdoba contiene propuestas diferentes. Enero reúne la mayor cantidad de eventos con figuras como Cosquín, Jesús María y decenas de festivales de menor relevancia. Febrero logra mantener el ritmo con el Festival de Peñas de Villa María y encuentros gastronómicos regionales.
Durante los meses de otoño e invierno la intensidad no se detiene: existen varias propuestas como el Festival de Jazz de Córdoba, eventos literarios, muestras de arte contemporáneo y celebraciones patronales que mantienen vivas las tradiciones locales durante todo los doce meses.
Córdoba demuestra a través de los años que la cultura no conoce de temporadas. Sus festivales aparecen como espacios de identidad nacional, donde cada visitante puede unirse a las raíces de cada tradición que se renueva constantemente sin perder su sentido de origen.
