La reforma laboral que impulsa Javier Milei activó una respuesta coordinada entre las dos CTA y el bloque de Unión por la Patria. Dirigentes sindicales visitaron el Congreso para advertir sobre el impacto de la iniciativa y para definir un frente político que intente bloquear su avance. La reunión, que incluyó a referentes de peso, abrió una etapa de articulación más amplia.
Reunión en el Congreso y un frente opositor
El encuentro tuvo lugar en el despacho principal de la bancada peronista. Allí, los líderes sindicales Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy fueron recibidos por Germán Martínez, junto a Cecilia Moreau y Paula Penacca. También participaron Oscar de Isasi, Sonia Alesso, Oscar Peidro, Daniel Catalano y Edgardo Depetri. Todos coincidieron en que la reforma laboral será uno de los debates más intensos del año.
Los sindicatos afirmaron que el Gobierno insiste con puntos que la Justicia ya frenó. Recordaron que el DNU 70/23, que buscaba modificar el régimen indemnizatorio, fue declarado inconstitucional. Por eso sostienen que el nuevo proyecto repite medidas que, según remarcaron, “vulneran derechos básicos de los trabajadores”.
Durante la reunión, las centrales plantearon además que la línea económica oficial generó un deterioro en la actividad. Señalaron que “cada semana hay más empresas que cierran” y que el mercado laboral atraviesa una situación delicada. Consideran que la reforma no resolverá esa tendencia y que “solo ampliará la precarización”.
Críticas a la estrategia oficial y llamado a la unidad
Los referentes sindicales denunciaron una “voluntad explícita” del Gobierno de “fragmentar al movimiento obrero bajo el discurso de la modernización”. También criticaron la presión sobre los bloques opositores. Según ellos, la Casa Rosada intenta “debilitar la representación parlamentaria” que cuestiona su programa.
Las CTA remarcaron que esta reunión es la primera de una serie de conversaciones con distintos bloques, tanto en Diputados como en el Senado. Buscan construir un frente común que articule posiciones dentro y fuera del Congreso. La idea central es que la respuesta incluya trabajo territorial, acciones gremiales y presión legislativa.
Además, adelantaron que impulsarán acciones de “resistencia y movilización” en los lugares de trabajo y en las calles. Sostienen que el debate no puede limitarse a los despachos parlamentarios. Aseguran que la reforma laboral debería surgir de un diálogo amplio que contemple “nuevas demandas laborales sin abandonar derechos adquiridos”.
En paralelo, los dirigentes sindicales informaron que presentarán propuestas propias. Plantean una reformulación laboral opuesta al proyecto del Ejecutivo. Según adelantaron, incluirá cambios pensados para “proteger a trabajadores y trabajadoras en un contexto económico inestable”, y no solo para “responder a los intereses de grandes empresas”.
El encuentro dejó abierta la posibilidad de nuevas acciones coordinadas. Los gremios y la oposición coincidieron en que el Congreso será el escenario central de la disputa. Afirman que la reforma laboral será un test político para el oficialismo y un punto clave en la relación entre Javier Milei y el movimiento obrero.
