Donald Trump expresó este domingo que el prolongado cierre del Gobierno de Estados Unidos podría resolverse en las próximas horas. “Parece que estamos cerca de que termine”, afirmó el mandatario al llegar a la Casa Blanca. Las negociaciones en el Senado buscan aprobar un paquete presupuestario que permita reabrir la administración federal tras 40 días de parálisis.
El Senado mantiene sesiones para destrabar el cierre
El Senado estadounidense continúa reunido este domingo en una sesión extraordinaria con el objetivo de aprobar una resolución de financiamiento temporal.
El líder republicano John Thune anunció que la cámara seguirá activa “hasta que el Gobierno vuelva a funcionar”. Explicó que trabajan sobre tres leyes de asignaciones de largo plazo y un “minibus” presupuestario que extendería los fondos federales.
El paquete busca evitar nuevos despidos de empleados públicos y garantizar recursos para programas clave, como el de cupones de alimentos, hasta el año fiscal 2026. Sin embargo, el texto todavía necesita los 60 votos necesarios para avanzar.
Consecuencias económicas y presión política
El cierre del Gobierno ya genera efectos sobre la economía y los servicios esenciales. Según Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, la parálisis podría costar “al menos el 1,5% del PIB”.
El cierre afecta al transporte y a la asistencia social. La falta de controladores aéreos provocó cancelaciones de vuelos, y las restricciones presupuestarias dificultan la entrega de ayuda alimentaria a los sectores más vulnerables.
Goldman Sachs advirtió que el impacto podría agravarse si la crisis se extiende por más semanas, afectando la confianza del mercado y el empleo público.
El conflicto por el sistema de salud divide al Congreso
La raíz del bloqueo sigue siendo el desacuerdo sobre el financiamiento del sistema sanitario. Donald Trump mantuvo sus críticas al Obamacare, al que calificó como “una estafa que beneficia a las aseguradoras”.
Propuso redirigir los subsidios federales hacia cuentas personales de ahorro médico, una medida rechazada por los demócratas. Estos, por su parte, ofrecieron reabrir el Gobierno a cambio de extender por un año los créditos fiscales de atención médica, pero la propuesta fue desestimada.
“Ha habido muchas negociaciones, y lo único que queda por hacer es votar”, dijo el senador Mike Rounds, quien confía en que el acuerdo se concrete “muy pronto”.
Mientras tanto, la Casa Blanca considera inminente el impacto económico y sostiene que el país necesita un presupuesto equilibrado para garantizar estabilidad. Donald Trump insistió en que “la solución está cerca”, aunque las diferencias entre demócratas y republicanos aún no se cerraron completamente.
