Estados Unidos oficializó la designación del Cártel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (FTO) desde este lunes 24 de noviembre. La medida coincide con un aumento de alertas por actividad militar en el Caribe y con nuevas cancelaciones de vuelos hacia Venezuela. El cambio de estatus intensifica la presión sobre Nicolás Maduro y abre una fase distinta en la política de Washington hacia Caracas, según medios internacionales.
Nueva fase legal contra Maduro
El Departamento de Estado formalizó la inclusión del Cártel de los Soles en la lista de organizaciones terroristas. La decisión fue impulsada por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien volvió a señalar a Nicolás Maduro y a altos mandos del régimen como responsables del grupo, según informes difundidos por agencias y medios internacionales. Para Washington, la estructura opera desde instituciones clave del Estado venezolano y sostiene actividades criminales de alcance regional.
La designación es más amplia que las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro en julio. Esta nueva categoría se aplica bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad y habilita penalidades más severas. Toda persona o entidad que brinde apoyo al grupo podrá enfrentar cargos y quedar impedida de ingresar a Estados Unidos, revelaron fuentes citadas por cadenas internacionales.
Implicancias y presión militar en la región
La decisión llega en medio de un despliegue militar estadounidense de gran escala en el Caribe. Buques, aviones de combate y miles de efectivos están desplegados como parte de operaciones recientes. Analistas consultados por medios de referencia vinculan este movimiento con el nuevo estatus del Cártel de los Soles y advierten que Washington podría sumar opciones militares o encubiertas. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, sostuvo que el Pentágono evalúa “nuevas alternativas”, lo que elevó la tensión.
Actividad militar y riesgo aéreo
Las preocupaciones aumentaron tras la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación (FAA). El organismo advirtió sobre actividad militar en el espacio venezolano y la posibilidad de interferencias a los sistemas de navegación. La advertencia explicó que los riesgos podrían alcanzar aeronaves hasta 250 millas náuticas fuera del país por fallas en señales satelitales. Esta situación alimentó la incertidumbre en la región e impulsó a varias aerolíneas a suspender rutas.
Suspensión de vuelos y creciente aislamiento
Turkish Airlines, Latam, Iberia, TAP, Gol, Avianca y Caribbean Airlines interrumpieron vuelos hacia Caracas. Las empresas ajustaron operaciones desde el fin de semana y señalaron motivos operativos y de seguridad. Según asociaciones del sector aéreo, el escenario no tenía precedentes desde los cierres por la pandemia. Las agencias de viaje reportaron un aumento de consultas de pasajeros que buscan rutas alternativas ante un panorama inestable.
Cruce entre designación terrorista y tensión aérea
La calificación del Cártel de los Soles como organización terrorista reforzó la idea de un riesgo mayor en la región. Expertos apuntan que esta etiqueta podría justificar medidas extra de seguridad e incluso zonas de exclusión aérea si el escenario empeora. La combinación de presión legal, militar y diplomática creó un clima de máxima tensión para el gobierno de Maduro, que enfrenta un cerco internacional en expansión.
Consecuencias políticas para Caracas
Para la Casa Blanca, la designación marca un punto central en su ofensiva. Maduro pasa a ser señalado no solo por delitos de narcotráfico, sino también por dirigir una organización terrorista que se infiltra en instituciones del Estado, según medios estadounidenses. Analistas sostienen que este cambio podría ampliar el margen de acción de Washington y dejar a Caracas más aislada. El régimen, por ahora, no respondió a la nueva clasificación.
Un escenario abierto y sin señales de alivio
La región atraviesa un momento de incertidumbre. La designación terrorista, la actividad militar y la suspensión de vuelos conforman un cuadro que podría escalar si surge un nuevo incidente. Por ahora, los gobiernos y las aerolíneas observan la evolución del conflicto, mientras Estados Unidos mantiene su postura de no descartar nuevas acciones.
