El economista Ricardo Arriazu, una de las voces con mayor llegada al presidente Javier Milei, volvió a posicionarse sobre el esquema de bandas cambiarias y la reciente decisión del Gobierno de mantener la flotación del dólar. En su análisis, remarcó que la administración libertaria debe acelerar la acumulación de reservas para evitar tensiones cambiarias y brindar previsibilidad a los mercados.
Según informó NA, Arriazu insistió en que el esquema actual es, en realidad, una “flotación sucia”, ya que la intervención oficial no debería permitir que el peso se aprecie, sino que debería apuntar a una depreciación ordenada del tipo de cambio.
Una mecánica más compleja para sostener el tipo de cambio
Arriazu planteó que la estrategia propuesta es “más sofisticada” que la sostenida hasta ahora: requeriría fijar compras diarias de divisas sin prestar atención al precio del dólar. En ese contexto, detalló que las adquisiciones podrían quedar en manos del Tesoro, lo que enviaría una señal positiva sobre la capacidad de pago, o del Banco Central, lo que implicaría una emisión monetaria adicional.
El economista explicó que, bajo este mecanismo, la acumulación de reservas debería provenir de una mejora en la cuenta corriente, impulsada por una devaluación que favorezca la competitividad externa. Esto permitiría dinamizar exportaciones y moderar importaciones, generando un superávit comercial más robusto.
Sin embargo, Arriazu destacó estudios internacionales —incluido un informe reciente del think tank Bruegel— que muestran que los saltos del tipo de cambio real suelen provocar una caída inmediata en la actividad económica y en las importaciones, pero no un incremento rápido en las ventas externas. “Estas experiencias son ignoradas sistemáticamente”, lamentó.
Latinoamérica, energía y la apuesta por la confianza
Al analizar la evolución de la región entre 1980 y 2024, Arriazu recordó que América Latina acumuló un déficit externo equivalente a US$2,47 billones, con apenas cinco años de saldos positivos. En ese panorama, Argentina terminó con un rojo de US$196 mil millones.
Pese a ese antecedente, el economista aseguró que el país podría mejorar su posición en los próximos años si se mantienen las condiciones climáticas favorables: pronosticó cosechas récord de trigo, cebada y buenas perspectivas para maíz, soja y girasol, lo que podría sumar más de US$5.000 millones adicionales al ingreso agrícola.
Además, anticipó un fuerte repunte en el sector energético, con un superávit estimado en US$4.000 millones en 2026 y US$7.000 millones en 2027, favorecido por el desarrollo de Vaca Muerta y la expansión de las exportaciones.
