El Gobierno nacional resolvió no solicitar la continuidad de las emergencias que permitieron avanzar con la desregulación más profunda en décadas. El 31 de diciembre vence la última facultad habilitada por el DNU 70/2023 y, lejos de insistir con prórrogas, la Casa Rosada apuesta a su nueva fuerza parlamentaria para sostener la agenda de reformas durante 2026.
Las emergencias, vigentes desde el inicio de la administración libertaria, facultaron al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, a modificar o eliminar más de 1.300 normas y más de 10.000 artículos. Fue, en la práctica, la herramienta central de la primera etapa del gobierno de Milei, enfocada en eliminar regulaciones que se consideraban dañinas para el crecimiento económico.
Ese esquema finaliza el 31 de diciembre. Desde el 1° de enero, cada reforma normativa deberá pasar por el Congreso. Sin embargo, el oficialismo considera que el nuevo equilibrio parlamentario le permitirá avanzar sin depender de una nueva declaración de emergencia.
La apuesta a los 91 diputados libertarios
El bloque de La Libertad Avanza llegará a 91 diputados gracias al traspaso de legisladores de La Liga del Interior, conocidos mediáticamente como los “radicales con peluca”. Con el acompañamiento del PRO y la UCR, el oficialismo calcula contar con los votos suficientes para bloquear cualquier intento de rechazo de decretos si tuviera que utilizarlos nuevamente.
“Tenemos los decretos si hacen falta”, sintetizó un funcionario, señalando que el Gobierno no piensa ceder el instrumento. Pero que tampoco lo considera indispensable mientras logre sostener la disciplina legislativa que mostró en los últimos meses.
Un cambio de etapa para Sturzenegger
Sturzenegger, que instaló en su despacho un contador regresivo hacia el 31 de diciembre, encara ahora la última ventana temporal de acción directa bajo el DNU. Según datos oficiales, desde diciembre de 2023 hasta septiembre de 2025 se modificaron o eliminaron 1.384 normas, de las cuales solo 78 fueron restituidas por el Congreso. Sobre el articulado, la transformación fue aún mayor: 10.038 artículos cambiados, con apenas 426 revertidos.
El ministro, respaldado por Milei, considera que la “motosierra normativa” cumplió su función. Y que el Gobierno ingresa a una segunda fase centrada en reformas legislativas: laboral, penal, impositiva y educativa.
Sin pedidos en el Presupuesto 2026
El proyecto de Presupuesto enviado al Congreso no incluye pedidos de emergencia pública ni facultades delegadas. De acuerdo con fuentes de Casa Rosada, una eventual solicitud futura estaría sujeta “a la evolución de la situación económica y social”. Aunque por ahora no forma parte del plan inmediato.
Dentro del oficialismo aseguran que los primeros meses de 2026 serán clave para aprobar el nuevo paquete de reformas. Confiando en que la oposición —especialmente el kirchnerismo— no logrará bloquear lo que consideran una corrección inevitable del “modelo estatista heredado”.
La estrategia libertaria se apoya en un diagnóstico político: el kirchnerismo perdió capacidad de veto, liderazgo parlamentario y cohesión interna. Frente al nuevo mapa legislativo, el Gobierno apuesta a un Congreso que acompañe las reformas que el propio Milei presentó como “un cambio de época”.
