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ECONOMÍA

El mercado se enfría después del boom poselectoral y espera señales firmes del Gobierno sobre la deuda

 

Acciones y bonos retrocedieron, el dólar retomó la presión alcista y los inversores aguardan definiciones sobre pagos de vencimientos y acumulación de reservas.

 
Mercado

Después del shock político que significaron las elecciones legislativas, la reacción inicial del mercado fue contundente: baja del dólar sin intervención oficial, un rally alcista en acciones y bonos, y una mejora en las expectativas. Sin embargo, a medida que pasó el efecto del respaldo electoral a Javier Milei, la escena financiera empezó a mostrar más cautela y selectividad.

En la última semana, el índice S&P Merval retrocedió 7,7% en pesos y cayó 8,7% en dólares, hasta los 1.840 puntos medidos al contado con liquidación. Fue su nivel más bajo en casi un mes. Algo similar ocurrió con los bonos soberanos, que promediaron una baja del 1% y arrastraron al riesgo país hasta los 651 puntos básicos, un máximo desde principios de noviembre.

Expectativas sobre los vencimientos y el financiamiento

El informe de The Wall Street Journal añadió tensión al confirmar que el mega préstamo de USD 20.000 millones vía REPO —negociado con JP Morgan, Bank of America y Citigroup— quedó en pausa. En su lugar, los bancos avanzaron en un crédito más chico, cerca de USD 5.000 millones, suficiente para cubrir vencimientos urgentes de enero pero sin despejar completamente el horizonte financiero.

Para las consultoras, ese cambio de plan volvió a instalar dudas entre los inversores. En un contexto global más incierto, las definiciones sobre cómo encarará Argentina sus compromisos de deuda y el ritmo de acumulación de reservas son determinantes para sostener el apetito por activos locales.

Un mercado más selectivo y con foco en fundamentos

Desde IEB describieron que el período de “euforia pura” quedó atrás. Según sus analistas, el inversor pasó de apostar a todo el panel a seleccionar empresas con fundamentos sólidos. “Las acciones volvieron a quedar baratas con respecto a la deuda soberana”, resumieron.

Gustavo Ber, titular del Estudio Ber, coincidió en que la autonomía financiera que busca el Gobierno es positiva. Aunque advirtió que la incertidumbre global exige señales firmes. “Los inversores esperan claridad respecto a los próximos pasos”.

En esa línea, Invecq destacó que noviembre marcó el regreso de emisiones en dólares tanto corporativas como subnacionales. El caso más resonante fue el de la Ciudad de Buenos Aires, que volvió a los mercados con USD 600 millones. Un movimiento que anticipa una posible ola de colocaciones provinciales. Santa Fe analiza emitir USD 1.000 millones y la provincia de Buenos Aires evalúa regresar.

El dólar quebró la tendencia bajista y volvió a subir

Después de tocar un piso de $1.387 el martes, el dólar mayorista rebotó y cerró en $1.425 en la última rueda operada, con un alza semanal de 1,6%. De todos modos, noviembre aún muestra una caída acumulada del 1,4%, reflejo de la calma cambiaria posterior a las elecciones.

El dólar al público cerró en $1.450 en el Banco Nación, mientras que las entidades lo ofrecieron en promedio a $1.450,06. En tanto, la banda superior de flotación se ubicó en $1.505,98.

Las reservas brutas del Banco Central subieron USD 285 millones y alcanzaron los USD 40.921 millones, su nivel más alto en semanas. La mejora estuvo acompañada por una nueva compresión de tasas. La entidad redujo la tasa de simultáneas de 22% a 20% nominal anual, una señal orientada a descomprimir pesos y favorecer la actividad.

Un cierre de año con señales mixtas

Las consultoras coinciden en que el mercado ya procesó el envión político de Milei y ahora espera definiciones concretas. Con la deuda en el centro de la escena, el Gobierno busca cerrar acuerdos que refuercen el acceso al financiamiento y consoliden la acumulación de reservas. El escenario internacional, más volátil y con perspectivas globales menos optimistas, suma presión al calendario local.

Para los analistas, la clave será cómo combine el Ejecutivo la estabilidad cambiaria con una política financiera capaz de evitar tensiones en los próximos vencimientos. Mientras tanto, el mercado sigue en modo prudente.