El USS Gerald R. Ford, el portaaviones más moderno y poderoso de Estados Unidos, ingresó al Caribe en un movimiento que elevó la tensión regional. El despliegue, parte de la “Operación Lanza del Sur”, fue interpretado como una señal directa hacia Nicolás Maduro, pese a que Washington lo presentó como un operativo antidrogas.
El portaaviones USS Gerald R. Ford llegó al Mar Caribe acompañado por una flota de buques de guerra. El anuncio, realizado por la Marina estadounidense, desató especulaciones sobre el objetivo real del movimiento. La Casa Blanca insistió en que se trata de una operación contra el narcotráfico, pero analistas señalaron que también funciona como presión militar sobre Venezuela.
El buque insignia representa el mayor despliegue naval de Estados Unidos en la región en décadas. El grupo de ataque incluye destructores, aviones de combate y casi una docena de barcos. En total, la misión reúne a unos 12.000 marineros e infantes de Marina.
Presión militar y reacción regional
La líder opositora María Corina Machado había difundido ayer un mensaje dirigido a las fuerzas armadas venezolanas. Pidió que desobedecieran las “infames órdenes” del gobierno de Nicolás Maduro y afirmó que “el momento decisivo es inminente”.
Las operaciones militares comenzaron a principios de septiembre. Desde entonces, Estados Unidos reportó al menos 80 muertos en 20 ataques contra embarcaciones acusadas de transportar drogas en el Caribe y el Pacífico oriental. La administración Trump no presentó pruebas que respalden que las víctimas fueran “narcoterroristas”.
El contralmirante Paul Lanzilotta, a cargo del grupo de ataque, dijo que el despliegue busca “proteger la seguridad y prosperidad” del país ante amenazas en el Hemisferio Occidental. El almirante Alvin Holsey, responsable del área, sostuvo que la acción es “un paso crítico” para reforzar la seguridad regional.
Entrenamientos en Trinidad y críticas desde Caracas
En Trinidad y Tobago, funcionarios confirmaron ejercicios conjuntos con tropas estadounidenses. El ministro de Relaciones Exteriores, Sean Sobers, explicó que buscan enfrentar el crimen violento y reforzar la seguridad marítima. Aseguró que son las segundas maniobras en menos de un mes.
El gobierno venezolano calificó esos ejercicios como un “acto de agresión”. Hasta el momento, Caracas no emitió un comentario oficial sobre la llegada del portaaviones.
Washington insistió en que el operativo se centra en detener el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Sin embargo, expertos señalaron que un portaaviones como el Ford no es el medio estándar para combatir carteles, aunque sí podría funcionar como instrumento de presión política.
El secretario de Estado, Marco Rubio, reiteró que Estados Unidos no reconoce a Nicolás Maduro como presidente y acusó al gobierno venezolano de cooperar con grupos vinculados al narcotráfico.
